- Oh mi Cristo,
- la codicia ocupa primordialmente a la humanidad, en menoscabo de la sabiduría.
- Y lo carnal, en detrimento de su espíritu;
- haciendo desdén del que en el Señor se gloría.
- Oh Santo de Israel,
- en la conflictividad demoníaca se ven inmersos el noventa y nueve por ciento de los habitantes terrenales.
- Y es que, desconocen la Cristocéntrica fe,
- que les postularía para ser almas celestiales.
- Oh Sumo Redentor,
- de tu humillante muerte, y muerte de cruz en el Calvario, los inicuos hicieron caso omiso.
- Y será en el día postrero, oh Señor,
- cuando su alma, fuera de tiempo, pedirá clemencia en el juicio.
- Oh Cristo Jesús,
- el Evangelio de la gracia en todo el mundo fue predicado.
- Pero en el obscuro corazón, oh Rey de la gloria, no resplandeció tu admirable luz.
- Aunque su sobrenatural fulgor, sí dio provisión de eternidad al bienaventurado.
- Oh Alfa y Omega,
- los inmundos evitan el grandioso encuentro con el Rey de reyes y Señor de señores.
- Y es que, el oprobio de su alma turbia y ciega;
- no responde, en el pernicioso estado moribundo, a tus misericordias y favores.
- Paz de Cristo
sábado, 5 de febrero de 2022
EL SER HUMANO OBRA CON UN ENTENDIMIENTO EN PRECARIO, OH CRISTO
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