- Esto, pues, digo y requiero en el Señor: que ya no andéis como los otros gentiles, que andan en la vanidad de su mente, teniendo el entendimiento entenebrecido, ajenos a la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay, por la dureza de su corazón; los cuales, después que perdieron toda sensibilidad, se entregaron a la lascivia para cometer con avidez toda clase de impureza.
- Mas vosotros no habéis aprendido así a Cristo, si en verdad le habéis oído, y habéis sido por él enseñados, conforme a la verdad que está en Jesús.
- Oh mi Cristo, guárdanos en tu sobrenatural certeza,
- para ser hijos de luz.
- La Biblia enseña: En cuanto a la pasada manera de vivir despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad.
- Por lo cual, desechando la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo; porque somos miembros los unos de los otros.
- Oh Cristo Jesús, la instrucción del Evangelio nos ha concernido en el reino de eternidad;
- porque nos ha dado a conocer que templo del Espíritu Santo somos.
- La Biblia enfatiza: Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes.
- Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención.
- Oh Santo de Israel, Tú has blindado de las asechanzas del maligno a los creyentes;
- y es que, de toda malignidad les avisa el vivificante pálpito de su piadoso corazón.
- Jesús, dijo: Yo te alabo, oh Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y entendidos, y las has revelado a los niños. Sí, Padre, porque así te agradó.
- Todas las cosas me fueron entregadas por mi Padre; y nadie conoce quién es el Hijo sino el Padre; ni quién es el Padre, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar.
- Oh Fiel y Verdadero, el propósito de tu Sagrada Palabra el Espíritu nos lo reveló,
- para podernos al fin santificar.
- Jesús, enfatiza: Bienaventurados los ojos que ven lo que vosotros veis; porque os digo que muchos profetas y reyes desearon ver lo que vosotros veis, y no lo vieron; y oír lo que oís, y no lo oyeron.
- Oh gran Dios, en tu gracia estamos confiados.
- Y es que, únicamente los que en tu majestuoso nombre creyeron,
- serán bienaventurados.
- Paz de Cristo
viernes, 25 de febrero de 2022
EFESIOS 4:17-21 EN CRISTO
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