- Oh mi Cristo, la santidad no requiere de ningún aprendizaje,
- ha de ser inherente al ser humano.
- Ser cristiano, es el sello de identidad, oh Señor, que el corazón silente proclama de tu linaje,
- para amar siempre al hermano.
- Oh Soberano Redentor,
- con tu humillación hasta la muerte, y muerte de cruz en el Calvario;
- definiste meridianamente que es el amor,
- que derramado fue desde tu eterno santuario.
- Jesús, dijo: Sed santos, porque yo soy santo.
- Su mandato no ofrece duda.
- Pero es que, advenediza es la humanidad en cuanto a sabiduría de lo alto.
- Y ritualiza ilimitadamente la Palabra, sin estar lo más profundo de su alma a Dios consagrada.
- Sí, oh Altísimo Señor Jesucristo,
- habremos de raer de nuestra mente el ancestral paganismo.
- Y que entre, oh Rey de la gloria, tu luz admirable en nuestro espíritu,
- para guardarnos de las asechanzas del maligno.
- La Biblia dice: Por lo cual, levantad las manos caídas y las rodillas paralizadas; y haced sendas derechas para vuestros pies, para que lo cojo no se salga del camino, sino que sea sanado.
- Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor.
- Oh Alfa y Omega, Tú anhelas que yo aborrezca para siempre el pecado;
- pero para eso mi espíritu, alma y cuerpo han de estar vestidos, oh Rey de reyes, de la luz inaccesible de tu eterno amor.
- Paz de Cristo
miércoles, 16 de febrero de 2022
SED SANTOS EN CRISTO
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