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lunes, 14 de febrero de 2022

LA OFENSA ES LA ANTÍTESIS DE TU PERDON, OH CRISTO

  • Oh Cordero inmolado,
  • tu majestuoso perdón en tu ajusticiamiento en la cruz del Calvario ha de poner en constante alerta a nuestro espíritu.
  • Nadie será bienaventurado,
  • si no perdona a su hermano en el glorioso nombre del Señor Jesucristo. 

  • Jesús, dijo: No juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados. 
  • Dad, y se os dará; medida buena, apretada, remecida y rebosando darán en vuestro regazo; porque con la misma medida con que medís, os volverán a medir. 
  • Oh Cristo Redentor, con tu preciosa sangre derramada en la cruz del Calvario, hiciste el nuevo pacto de la gracia. Y para el que creyó en tu santo nombre, justificaste todos sus pecados;
  • y de la esclavitud del maligno le lograste redimir.

  • La Biblia dice: Hijos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo
  • Y él es la propiciación por nuestros pecados; y no sólo por los nuestros, sino también por los de todo el mundo.
  • Oh Santo de Israel, los que predicamos con denuedo el Evangelio de la gracia, hemos creído en el paraíso eterno;
  • que nos librará del espíritu diabólico y moribundo.
  •  
  • La Biblia enseña: Entonces se le acercó Pedro y le dijo: Señor, ¿cuantas veces perdonaré a mi hermano que peque contra mí? ¿Hasta siete?
  • Jesús le dijo: No te digo siete, sino aun hasta setenta veces siete. 
  • Oh Rey de reyes, el que guarda tu Sagrada Palabra, vence;
  • porque sepulta sus pecados, y se arrepiente.

  • Jesús, asevera: Y cundo estéis orando, perdonad, si tenéis algo contra alguno, para que también vuestro Padre que está en los cielos os perdone a vosotros vuestras ofensas.
  • Porque si vosotros no perdonáis, tampoco vuestro Padre que está en los cielos os perdonará vuestras ofensas. 
  • Oh Soberano Señor y Salvador Jesucristo, a tu amada Iglesia arrebatarás, porque Tú eres fiel a tus promesas. 
  • Y a tus hijos guardarás en tus moradas eternas.
  •                    Paz de Cristo 

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