HAY SERES HUMANOS QUE SOLO COMPARTEN MENTIRAS DEL DIABLO, PORQUE NO SON MOVIDOS A MISERICORDIA, OH CRISTO

• La Biblia dice: Pero cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y su amor para con los hombres, 
• nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo, 
• el cual derramó en nosotros abundantemente por Jesucristo nuestro Salvador,
• para que justificados por su gracia, viniésemos a ser herederos conforme a la esperanza de la vida eterna. 
• Oh mi Cristo, por tus celestiales bendiciones, 
• hemos recibido sabiduría de lo alto.
• Y por la preeminencia de tu perfecto amor,
• a nuestro espíritu, alma y cuerpo les alcanzó la gracia excelsa.
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• Oh Alto y Sublime, 
• suplir el amor,
• para el ser humano es algo imposible;
• porque lo somete a la disoluta vileza de su deshonor.
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• Oh Cristo Redentor, 
• de tu humillación y ajusticiamiento en la cruz del Calvario, 
• emanó la espiritual esencia de tu amor,
• que era proveniente de tu sobrenatural santuario. 
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• Oh Fiel y Verdadero, 
• para libertarnos de la esclavitud del pecado, como un Cordero inmolado te ofreciste en la cruz; 
• y pagaste con desmesura un grandioso e incondicional precio,
• por el que sólo tu gran misericordia vislumbraba en la más tétrica oscuridad, el pábilo humeante con un imperceptible resquicio de luz.
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• Jesús, dijo: De cierto os digo que en la regeneración, cuando el Hijo del Hombre se siente en el trono de su gloria, vosotros que me habéis seguido también os sentaréis sobre doce tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel. 
• Y cualquiera que haya dejado casas, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o mujer, o hijos, o tierras, por mi nombre, recibirá cien veces más, y heredará la vida eterna. 
• Pero muchos primeros serán postreros, y postreros, primeros. 
• Oh Santo, por ser Tú el autor y consumador de la fe,
• ¿has considerado que entre un sinnumero de perversos, encontrarás en santidad a algún alma,
• que anhele morar contigo, oh Señor, en los gloriosos cielos?
•                 Paz de Cristo