LA PUREZA DEL ALMA ES DIAMETRALMENTE OPUESTA AL MUNDO, OH CRISTO

• La Biblia dice: ¡Oh almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios. 
• ¿O pensáis que la Escritura dice en vano: El Espíritu que él ha hecho morar en nosotros nos anhela celosamente?
• Pero él da mayor gracia. Por esto dice: Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes.
• Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros.
• Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros. Pecadores, limpiad las manos; y vosotros los de doble ánimo, purificad vuestros corazones. 
• Afligíos, y lamentad, y llorad. Vuestra risa se convierta en lloro, y vuestro gozo en tristeza.
• Humillaos delante del Señor, y él os exaltará.
• Oh mi Cristo, tu gracia nos ha hecho siervos consagrados, 
• para dar pureza a nuestro altar, sin tener nada pendiente. 
• Porque ante tu gloria, oh Señor, profesamos ser irreprensibles, 
• y estar gozosos, 
• de recibir, oh Señor, tus celestiales bendiciones. 
• Y nuestra alma tiene la irrefutable certeza, 
• de que el gran Yo Soy la salvará. 
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• Oh Cristo Redentor, 
• nadie entendería que no hubiera sido el gran Dios manifestado en carne, el que no hubiera redimido los pecados de la inicua humanidad. 
• Y porque Dios es amor,
• nos dio gracia en su muerte, y muerte de cruz, 
• de ser salvos por la eternidad. 
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• Oh Sumo Alfarero, 
• porque tu tienes una inconmensurable paciencia; 
• en tu perfecta rueda, hiciste a toda criatura de nuevo,
• para revestirnos con la radiante luz de excelencia.
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• Oh Santo de Israel, 
• un celestial prodigio,
• fue recibir el don de la fe,
• para hacer ilimitado nuestro espiritual sitio.
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• Oh Eterno, 
• porque la fe no conoce límites, 
• nuestra morada de gloria está en el cielo.
• Y postrados perpetuamente a tus pies, recibiremos los sobrenaturales bienes.
•               Paz de Cristo