LA ÚNICA Y SOBRENATURAL VERDAD ERES TÚ, OH CRISTO

• La Biblia dice: Lo que habéis oído desde el principio, permanezca en vosotros. Si lo que habéis oído desde el principio permanece en vosotros, también vosotros permaneceréis en el Hijo y en el Padre. 
• Y esta es la promesa que él nos hizo, la vida eterna.
• Os escribo esto sobre los que os engañan.
• Pero la unción que vosotros recibisteis de él permanece en vosotros, y no tenéis necesidad de que nadie os enseñe; así como la unción  misma os enseña todas las cosas, y es verdadera, y no es mentira, según ella os ha enseñado, permaneced en él. 
• Y ahora, hijitos, permaneced en él, para que cuando se manifieste, tengamos confianza, para que en su venida no nos alejemos de él avergonzados. 
• Si sabéis que él es justo, sabed también que todo el que hace justicia es nacido de él. 
• Oh mi Cristo, en tu santo nombre, tus siervos serán  siempre antagónicos a lo abominable;
• y es que, no profesarán otra cosa, oh Señor, que no sea tu gloria plena.
• Oh Rey de reyes, nada arrostrarán que no se afirme en la fe.
• Y únicamente serán bienaventurados, 
• los que en la Escritura Sagrada creen.
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• Oh Cristo Redentor,
• no existe mayor definición del que cree: que Jesucristo es Dios manifestado en carne; y que dio su vida en la  cruz del Calvario, para redimirnos de nuestros pecados. 
• Y que de lo que Él emanó, en tan humillante e infame sacrificio fue su majestuoso amor,
• para lavarnos de nuestra inmundicia y ser santificados.
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• Oh Santo de Israel, 
• en su obscenidad, ningún perverso ser humano te esperaba. 
• Y por lo mismo, una inmensa mayoría de la humanidad aún no se ha postrado a tus santísimos pies,
• para pedirte perdón por su vida reprobada.
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• Jesús, dijo: Porque el Hijo del Hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces pagará a cada uno conforme a sus obras. 
• De cierto os digo que algunos de los que están aquí, que no gustarán la muerte, hasta que hayan visto al Hijo del Hombre viniendo en su reino. 
• Oh Santo, y pesarás los corazones en tus justas balanzas;
• para enviar a cada alma, a su glorioso o infernal destino.
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• Oh Eterno, 
• tu morada celestial no la burlará ningún trapo de inmundicia. 
• Porque en tu sobrenatural cielo, 
• la santidad será condición indispensable, para coronar a toda alma bendita. 
•                 Paz de Cristo