LLENA TU CORAZÓN DE AMOR Y SERÁS UN SIERVO APROBADO EN CRISTO

• La Biblia dice: Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis. 
• Entonces me invocaréis, y vendréis y oraréis a mí, y yo os oiré;
• y me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro corazón. 
• Oh mi Cristo, los siervos que en tu santo nombre no tengan paz, ninguna  esperanza de salvación que os una eternamente al gran Yo Soy albergaréis.
• Y es que, un genuino heraldo seré, 
• cuando predicare a toda alma el Evangelio de la gracia a la sazón. 
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• Oh Cristo Redentor, 
• Tú sin ninguna demanda e impedimento, diste tu vida en la cruz del Calvario por toda la abyecta humanidad. 
• Y porque excede de todo conocimiento tu excelso amor,
• nos llevaste de las tinieblas a tu admirable luz, para dar a nuestro espíritu, alma y cuerpo gloriosa libertad. 
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• Oh Hijo del Hombre, 
• todo el que se escuda en el desamor, practica la impostura de la perniciosa arbitrariedad.
• Y porque no le ha sido revelado, oh Señor, tu verdadero nombre, 
• sigue sumido en la séptica obscuridad. 
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• La Biblia enseña: ¡Ay de los que a lo malo dicen bueno, y a lo bueno malo; que hacen de la luz tinieblas, y de las tinieblas luz; que ponen lo amargo por dulce, y lo dulce por amargo!
• ¡Ay de los sabios en sus propios ojos, y de los que son prudentes delante de sí mismos!
• Oh Cristo Altísimo, en los mimbres de la santidad se sustentó tu mayor cargo,
• para que tu piedad resplandeciera hasta en los mayores abismos. 
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• Jesús, dijo: Porque el que se enaltece será humillado, y el se humilla será enaltecido. 
• Más ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque cerráis el reino de los cielos delante de los hombres; pues ni entráis vosotros, ni dejáis entrar a los que están entrando. 
• Oh Santo, porque tu misericordia es para siempre, a tus genuinos hijos has bendecido.
• Y no habrá excusas, para el que hizo desdén, de los que con ilimitado fervor y en tu majestuoso nombre, oh Rey de reyes, te dieron toda la gloria predicando.
•                Paz de Cristo