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domingo, 28 de mayo de 2023

INEFABLE ES TU MAJESTUOSO NOMBRE REVELADO, OH CRISTO

  • La Biblia dice: Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, 
  • el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; 
  • y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.
  • Por lo cual Dios le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, 
  • para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra;
  • y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre. 
  • Oh mi Cristo, sin tu admirable luz, 
  • la entenebrecida humanidad no recibirá tus gloriosas bendiciones;
  • y estas serán el culmen de tu celestial plenitud, 
  • oh Hijo del Hombre.
  • Por ser tu bendita gracia,
  • la que con desmesura siempre nos bendice.

  • Oh Cordero inmolado, 
  • gracias te damos por tu santísima piedad en la execrable crucifixión del Calvario. 
  • Porque todo el creyere de todo su corazón en tu glorioso nombre será santificado,
  • porque la revelación le fue dada por el eterno santuario. 

  • Oh Alto y Sublime,
  • Tú, oh Eterno, eres el que habitas la eternidad. 
  • Y nadie podrá estas absolutamente firme,
  • sino está concernido por el conocimiento de la bíblica verdad. 

  • Oh Rey de reyes, 
  • jamás nada podrá suplir,
  • tus sobrenaturales bendiciones;
  • porque Tú eres el primero y el último, el principio y el fin. 

  • Jesús, dijo: Te alabo,  Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y de los entendidos, y las revelaste a los niños. 
  • Sí, Padre, porque así te agradó. 
  • Todas las cosas me fueron entregadas por mi Padre; y nadie conoce al Hijo, sino el Padre, ni al Padre conoce alguno, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar. 
  • Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. 
  • Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas;
  • porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga. 
  • Oh Fiel y Verdadero, con el candor ferviente de tus auténticos hijos, 
  • el que en tu nombre que es sobre todo nombre se santificó;
  • no ha podido dejarte de adorar. 
  • Y no te dejará de amar, 
  • nunca jamás;
  • porque tu bendición, oh gran Yo Soy, siempre la llevará en la pureza del alma. 
  •                 Paz de Cristo 

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