LA ASECHANZA DEL DIABLO REVISTE DE LUZ EL ANCESTRAL OBSCURANTISMO, OH CRISTO

• La Biblia dice: Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo;
• echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros. 
• Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar;
• al cual resistid firmes en la fe, sabiendo que los mismos padecimientos se van cumpliendo en vuestros hermanos en todo el mundo. 
• Oh mi Cristo, en tu senda de gloria obraremos el cumplimiento, 
• tus siervos consagrados. 
• Y desecharemos todo escarnio e impiedad, 
• del espiritualmente moribundo.
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• Oh Rey de reyes, 
• de que obscura pasta estará hecho el diablo, para que en su asechanza, (la más gigantesca piedra) nos haga reiteradamente tropezar.
• Y no será, oh gran Dios, que de su diabólica maldad no nos has advertido un sinnúmero de veces;
• pero obnubilados nos sometemos a la carne, para indiscriminadamente pecar.
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• Oh Sumo Hacedor, 
• ¿no será que Satanás nos tiene tomada la medida desde Genesis hasta Apocalipsis?
• Pero la Biblia enseña: Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad sobre estos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años.
• Cuando los mil años se cumplan, Satanás será suelto de su prisión,
• y saldrá a engañar a las naciones que están en los cuatro ángulos de la tierra, a God y a Magog, a fin de reunirlos para la batalla; el número de los cuales será como la arena del mar.
• Y subieron sobre la anchura de la tierra, y rodearon el campamento de los santos y la ciudad amada; y Dios descendió fuego del cielo, y los consumió. 
• Y el diablo que los engañaba fue lanzado en el lago de fuego y azufre, donde estaban la bestia y el falso profeta; y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos. 
• Y contigo, oh Señor, 
• tus santos moraremos en paz por fin. 
• Y del horrendo e infame no habrá más zarpazos;
• porque estará pagando la hiriente condición, 
• de su retorcida maldad.
• Y la gloriosa victoria en el majestuoso nombre de Jesús se consumó, 
• para los que eternamente, oh gran Yo Soy, a tus santos pies estamos fervientemente postrados.
•               Paz de Cristo