LA GLORIA NOS ES DADA POR EL BÍBLICO CONSEJO, PERO EL DIABLO NOS IMPLICA EN LA CONTIENDA IMPÍAMENTE, OH CRISTO

• Jesús, dijo: Sabéis que los gobernantes de las naciones se enseñorean de ellas, y los que son grandes ejercen sobre ellas potestad. 
• Mas entre vosotros no será así, sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor,
• y el que quiera ser el primero entre vosotros será vuestro siervo, 
• como el Hijo el Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos. 
• Oh mi Cristo, únicamente solícitos en tu verdad,
• sembraremos el más excelso amor.
• Y el impío recibirá la bendición del cielo; 
• revirtiendo en luz la ignominia, en la que anduvo por lustros. 
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• Oh Sumo Redentor, 
• la opacidad del alma se sustenta en los sépticos mimbres del maligno.
• Y, oh Rey de reyes, tu sacrificio en la cruz del Calvario, tuvo la inconmensurable excelencia del primoroso candor.
• Y por esta gracia sobrenatural aún podemos ser libertos, oh Hijo del Hombre, quebrantándonos a tus gloriosos pies en el Lugar Santísimo. 
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• Oh Rey de reyes, 
• dignos son para nuestra existencia tus propósitos eternos.
• Y estos, sólo quieren elevarnos a las moradas celestiales, 
• donde contemplando tu santa faz, oh Señor, nos regocijaremos imperecederamente tus genuinos siervos. 
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• Oh Alfa y Omega, 
• nadie hemos obtenido suficientes méritos,
• para traspasar el umbral de tu excelsa gloria;
• porque hemos de atar muchos casos sueltos, para ser del Eterno sus indefectibles hijos benditos.
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• Oh Santo, 
• nuestra fe la hemos de sobredimensionar,
• para perseverar en el grandioso milagro: 
• que es poder contigo, oh Soberano Salvador, en la eternidad morar. 
•              Paz de Cristo