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miércoles, 17 de mayo de 2023

LA HIPOCRESÍA ES EL ATAJO DE LOS TIBIOS, OH CRISTO

  • Jesús, dijo: ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque sois semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera, a la verdad, se muestran hermosos, mas por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia. 
  • Así también vosotros por fuera, a la verdad, os mostráis justos a los hombres, pero por dentro estáis llenos de hipocresía e iniquidad. 
  • Oh mi Cristo, haz que la sabiduría de lo alto supla toda estulticia, 
  • para ser concernidos por la única y santísima verdad.

  • Oh Cristo Redentor, 
  • inequívoco fue tu sumo grado de pureza en el abominable sacrificio de la cruz del Calvario. 
  • Y nos dejaste esculpido en el corazón, oh Rey de reyes, tu excelso amor,
  • proveniente del eterno santuario. 

  • Oh Sumo Alfarero, 
  • sin la grandiosidad de tu gracia, 
  • tu sobrenatural rueda no nos hubiera hecho de nuevo;
  • para seguir tus gloriosos pasos, por la indefectible senda santa.

  • Oh Cristo Altísimo, 
  • sólo en tus santísimas huellas vive la verdad.
  • Y nuestro quebrantamiento de espíritu en el Lugar Santísimo, 
  • nos revestirá de la más solemne santidad. 

  • Jesús, enseña: Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente!
  • Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca.
  • Porque tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo.
  • Por tanto, yo te aconsejo que de mí compres oro refinado en fuego, para que seas rico, y vestiduras blancas para vestirte, y que no se descubra la vergüenza de tu desnudez; y unge tus ojos con colirio para que veas.
  • Yo reprendo y castigo a todos los que amo; sé, pues, celoso, y arrepiéntete. 
  • He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo. 
  • Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono. 
  • El que tiene oídos, oiga lo que dice el Espíritu a las iglesias. 
  • Oh Señor Omnipotente, 
  • la salvación es del que de veras te invoca.
  • Y este es el genuino siervo, oh Señor, que se esforzará con denuedo,
  • y no expresará mas sus inmundas quejas;
  • porque de los preceptos biblicos inexorablemente,
  •  habrá de dar un cumplimiento exhaustivo. 
  • Y se guardará de pronto,
  • de todas sus sépticas y carnales premisas.
  •              Paz de Cristo 

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