- La Biblia dice: Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenéis para con el Padre, a Jesucristo el justo.
- Y él es la propiciación por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los del mundo.
- Y en esto sabemos que nosotros le conocemos, si guardamos sus mandamientos.
- El que dice: Yo le conozco, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no está en él;
- pero el que guarda su palabra, en éste verdaderamente el amor de Dios se ha perfeccionado; por esto sabemos que estamos en él.
- El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo.
- Oh mi Cristo, es tu nombre santo,
- el que nos ha preservado de lo espiritualmente moribundo.
- Y para seguir tus sagrados pasos, oh Rey de la gloria, no hubo impedimentos;
- porque hemos profesado la fe,
- siendo verbigracia el autor y consumador de la fe,
- que con sus sobrenaturales mimbres nos sostuvo.
- Oh Fiel y Verdadero,
- con la protección de tu excelsa diestra;
- perfecto es nuestro amparo eterno,
- para confirmación de que tus verdaderos siervos, seremos arrebatados con tu amada Iglesia.
- Oh Santo,
- nada nos arredrará de tu angosta senda de gloria.
- Y es que, el conocimiento nos viene dado por la sabiduría de lo alto,
- para regocijo de la final victoria.
- Oh Eterno,
- tus señales y prodigios, anteceden y guían nuestro andar.
- Y no hay más redoblado clamor, que el que nos devuelve el estruendoso eco del cielo,
- para poder nuestra vida santificar.
- Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame.
- Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma?
- Porque el Hijo del Hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces pagará a cada uno conforme a sus obras.
- De cierto os digo que hay algunos de los que están aquí, que no gustarán la muerte, hasta que hayan visto al Hijo del Hombre viniendo en su reino.
- Oh Cristo Altísimo, ráeme del obscurantismo ancestral,
- todo lo pernicioso que mi veleidoso ser recuerda;
- y roturaré resplandecientes sendas santas,
- en la obscuridad del yermo desierto.
- Paz de Cristo
miércoles, 17 de mayo de 2023
SUBSTANCIARÉ MI EXISTENCIA EN TU SANTO NOMBRE, OH CRISTO
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