- La Biblia dice: Pero a cada uno de nosotros fue dada la gracia conforme a la medida del don de Cristo.
- Por lo cual dice: Subiendo a lo alto, llevó cautiva la cautividad, y dio dones a los hombres.
- Y eso de que subió, ¿qué es, sino que también había descendido primero a las partes más bajas de la tierra?
- El que descendió es el mismo que también subió por encima de todos los cielos para llenarlo todo.
- Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros evangelistas; a otros, pastores y maestros,
- a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo,
- hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo;
- para que ya no seamos niños fluctuante, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error,
- sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo,
- de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor.
- Oh mi Cristo, de toda verdad nos provee tu Santo Espíritu,
- y Él nos concierne de las más grandiosas bendiciones.
- Y somos absolutamente dependientes de la excelsa diestra,
- para no destruir lo que el Todopoderoso Señor y Salvador Jesucristo, desde antes de la fundación del mundo ha bendecido.
- Guárdanos, oh Señor, de toda tradición idolátrica, que padecieron por su abyecto entendimiento nuestros más viles ancestros;
- siendo diametralmente contrarios al Sagrado Escrito.
- Y es que, lo aceptado era el imperante juicio sumarísimo,
- en aquella diabólica atmósfera del horror,
- contraviniendose el bíblico principio,
- para dar una farisaica licitación al inicuo deshonor.
- Jesús, dijo: Vosotros me llamáis Maestro y Señor; y decís bien, porque lo soy.
- Pues si yo, el Señor y Maestro, he lavado vuestros pies, vosotros también debéis lavaros los pies los unos a los otros.
- Porque ejemplo os he dado, para como yo os he hecho, vosotros también hagáis.
- De cierto, de cierto os digo: El siervo no es mayor que su señor, ni el enviado es mayor que el que le envió.
- Si sabéis estas cosas, bienaventurados seréis si las hiciereis.
- No hablo de todos vosotros; yo sé a quien he elegido; mas para que se cumplan las Escritura: El que come pan conmigo, levantó contra mí su calcañar.
- Desde ahora os lo digo antes de que suceda, para que cuando suceda, creáis que yo soy.
- De cierto, de cierto os digo: El que recibe al que yo enviare, me recibe a mí; y el que me recibe a mí, recibe al que me envió.
- Oh Santo de Israel, un día como hoy,
- vendrás a por los que de tu amada Iglesia, hayan sido tus irreprensibles heraldos.
- Y en las gloriosas nubes su santa faz contemplaréis;
- porque la profética Palabra siempre se cumplió.
- Y con el Señor eternamente moraréis;
- aunque alguno de vosotros es diablo, y por su inmunda codicia me va a traicionar.
- Yo redimiré los pecados de toda la humanidad, para que también se cumplan las Escrituras un día como hoy;
- porque mi sangre derramada en la cruz del Calvario, la nueva era de la gracia, por los siglos de los siglos pactó.
- Oh Santo,
- en tu Sagrada Palabra,
- no tiene cabida ningún desacato;
- sino el del siervo, que a tu majestuoso nombre no ama ni exalta.
- Oh Eterno,
- cuando entendamos, que los cielos de los cielos no te pueden contener;
- habremos abierto con nuestra alma la puerta del sobrenatural firmamento,
- y no habrá más margen de duda, de la inconmensurable gloria que define lo que en tu santo nombre es creer.
- Oh Cristo Jesús,
- a los siervos que nos has revelado que Tú eres el único Dios;
- hemos interiorizado que también eres el Hijo del Hombre, que vives en la inaccesible luz,
- para ser por gracia, en el día postrero glorificados.
- Paz de Cristo
miércoles, 3 de mayo de 2023
SI LOS PREDICADORES OBRAN EN SANTIDAD, NUNCA OSARÁN SUPLIRTE, OH CRISTO
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