- La Biblia dice: Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido,
- lo cual también hablamos, no con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con las que enseña el Espíritu, acomodando lo espiritual a lo espiritual.
- Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente.
- En cambio el espiritual juzga todas las cosas; pero él no es juzgado de nadie.
- Porque ¿quién conoció la mente del Señor? ¿Quién le instruirá? Mas nosotros tenemos la mente de Cristo.
- Oh mi Cristo, el siervo que a tu majestuoso nombre está asido,
- reconoce su bíblica asignación, por el único propósito que emana de lo celestial.
- Y es edificado invariablemente,
- por la revelación sobrenatural e inefable,
- del Santo Espíritu.
- Oh Cordero inmolado,
- tu perfectísima redención de la abyecta humanidad, se torna frustrada en la perversa voluntad de su egocéntrica alma.
- El fatuo desdén del ser humano,
- tiene la primera corrección en su perdido espíritu, cuando su tétrica obscuridad es vivificada por la Sagrada Palabra.
- Oh Sumo Alfarero,
- los pueblos del mundo están anclados en sus ancestrales tradiciones.
- Y Tú, oh Cristo Jesús, viniste a despojar en tu rueda del inicuo la maldad; y transformarlo en un vaso nuevo,
- para que pueda sembrar a su paso Cristocéntricas bendiciones.
- Oh Rey de reyes y Señor de señores,
- es tal tu inconmensurable piedad, que el profano no la puede interiorizar.
- Y tu gloria sería manifiesta en sus intempestivas peticiones,
- si al gran Yo Soy pudieren glorificar.
- La Biblia enseña: Porque si alguno es oidor de la palabra pero no hacedor de ella, éste es el hombre que considera en un espejo su rostro natural.
- Porque él se considera a sí mismo, y se va, y luego olvida como era.
- Mas el que mira atentamente en la perfecta ley, la de la libertad, y persevera en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, este será bienaventurado en lo que hace.
- Oh Hijo del Hombre, tu medida celestial,
- se torna visible en la angostura de la vereda;
- porque el que es santo, con las obras de su cuerpo que es templo del Espíritu Santo, en sus celestiales alturas siempre vence.
- Paz de Cristo
viernes, 19 de mayo de 2023
MIRAD, OÍD, GUSTAD, OLED Y TOCAD EN CRISTO
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