Jesús, dijo: Que os améis unos a otros, como yo os he amado.
Anótalo en el frontispicio de tu cuerpo, que es Templo del Espíritu Santo.
Y se bienaventurado;
porque todo don perfecto desciende de lo alto.
El amor, vacía de contenido
toda servidumbre material;
para transformar, lo pérfido,
en Gloria espiritual.
Todo pasará;
pero el amor es Eterno.
Sustancia que da forma a lo sobrenatural;
y Cristo, en su Palabra, ha lugar al Cielo.
Jesucristo es el Consumador
de la Fe;
y erige al amor,
en el Lugar Santísimo del Tabernáculo, del que Gran Yo Soy, áureo fuego purificador es.
El amor nada cuestiona,
porque todo lo cree.
Y la ofensa soporta,
por ser su Gracia del que todo lo ve.
Paz de Cristo
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