La Palabra de Cristo sustenta la Eternidad:
sazón del tiempo en su poder,
como única Verdad,
que se nos revela al creer.
Oh Jesús, el nacimiento de tu Sagrada
sonrisa en Belén;
sonrisa en Belén;
anunciaba en el Cielo, la morada
de la Nueva Jerusalén.
de la Nueva Jerusalén.
Oh Señor Jesucristo, en tu Transfiguración
con la Ley y los Profetas,
nos diste una Eterna visión,
de que en tu muerte, Resurrección eras.
Oh Señor Omnipotente,
que habitas la Eternidad;
y preexistente Jesucristo,
y preexistente Jesucristo,
en tu sublime humanidad.
Cristo, dijo: Yo soy la Resurrección y la Vida.
Tú eres, oh Señor, el Salvador,
que sana al pecador la herida,
con la admirable Luz del amor.
Paz de Cristo
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