Oh Cristo, como hijos nos escogiste,
desde la Eternidad.
Y en tu amor nos edificaste,
para el conocimiento de la Verdad.
Has de salir de la condenación,
a través de la Palabra.
Oh Señor, unge mi corazón;
y así salvaré mi alma.
Dios te prueba;
y en cada circustancia, prevalece su Santa esencia.
Oh Señor Jesús, dame del agua, que la sed sacia;
y el camino recto, me guardará en tu presciencia.
Oh Señor Todopoderoso,
tu Omnisciencia, conoce nuestro destino.
A medida que descubras tu futuro,
percibirás cada indubitable acontecimiento dispuesto por el Sumo Creador, Él es Alfa y Omega de nuestro sino.
Profetizar, no es nuestra virtud.
Ten el anhelo profundo, para ser de Dios, hijo.
Y alcanzarás la estatura del varon perfecto en plenitud,
si eres sellado por el Santo Espíritu.
Paz de Cristo
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