Oh Cristo, tres días estuviste sepultado,
y nos concediste Vida Eterna en tu Resurrección.
Eres el trigo Sagrado,
que ha fructifiado en nuestro corazón.
Al mundo sepulté,
para vivir en tu Espíritu.
Somos tu Santa simiente,
Oh Señor Jesucristo.
Oh Señor Jesús, nos guardaste
en el misterio Eterno,
para ser exactitud de tu linaje.
De tu Gracia, he sido lleno,
y en la Gloria, has de guardarme.
Oh Todopoderoso, Tú me llamaste,
en la prueba tenebrosa.
Y el Nombre me revelaste,
cuando vi tu Luz Gloriosa.
Oh Cristo Jesús, el cumplimiento de tu Palabra,
no obedece a lo terrenal.
En el Calvario, tu corazón al pecador ama,
dehaciendo todo mal.
Somos fuertes en la debilidad,
Oh Señor; porque Tú nos das las fuerzas.
Y la poderosa Eternidad,
nos habrirá gozosa sus puertas.
La Santidad,
tiene bridas de Salvación.
Perseverad en la Verdad;
y al Cielo seremos elevados, oh Redentor, con las alas de tu Unción.
Paz de Cristo
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