Por lo cual estoy seguro de que ni la vida
ni la muerte, serán impedimento;
para que mi alma sea bendecida
por el Rey de la Gloria, que es Cristo Jesús Señor nuestro.
En el teorema de la confusión,
nos embauca el maligno;
para que haya opacidad en nuestro corazón,
y no veamos la Luz de Cristo.
Oh Señor Jesucristo, concédeme el privilegio
de ver un segundo tu Gloria;
y ser el discípulo egregio,
que sigue las huellas excelsas de tu memoria.
En el Nombre de Jesús,
se manifiesta el Poder del Universo;
y pronunciarlo es la plenitud,
de haber sido dado a nuestra alma el más Sagrado beso.
El que en Él cree, no es condenado;
pero el que no cree, ya ha sido condenado.
Oh Señor Jesús, fortalece nuestro espiritual entendimiento;
para que sea en nuestro ser derramado, toda buena dádiva y todo don perfecto desde tu Santo Aposento.
Paz de Cristo
Paz de Cristo
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