Indiferencia y tibieza,
en Cristo, manifiestan ausencia.
Eterno es el encuentro, oh Señor, en tu certeza,
y admirable Luz de Providencia.
Las lágrimas de loor fragante,
se aúnan con la Fidelidad del Señor;
su adoración es tan flagrante,
que en ellas se ve inmerso el amor.
La fe te la concede Jesucristo.
Y sólo verás su Gloria,
si te ha tocado el Altísimo;
para darte Vida de Eterna Victoria.
Aceptas a Cristo,
si asumes la Voluntad del Señor y Salvador.
Tu actitud, como siervo
del Omnipotente, es un indispensable requisito en las pruebas del Redentor.
Vasijas de barro somos,
para contender con el Creador.
Nuestra ignorancia es el arma de los necios.
Busca el Rostro de Cristo; y porque sabe que eres polvo, nunca te negará su amor.
Paz de Cristo
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