Oh Cordero Inmolado, Tú eres el último Sacrificio;
consumado en muerte, y muerte de cruz.
Y nos diste el mayor beneficio;
que por los siglos, es la Vida Eterna en plenitud.
Oh Cristo Jesús, la mision bajó del Cielo;
y el Verbo se hizo carne.
De la Divinidad se despojó asimismo;
y en su humanidad fue el mayor siervo,
que del Santo cumplimiento le concierne.
Oh Señor Jesús, tu humillación estremece,
en el sometimiento a la Palabra.
Tu proposito obedece,
a amar hasta el final al que no ama.
Oh Señor Jesucristo, el profundo dolor,
se transformó en gozo del Espíritu.
Eres nuestro Salvador.
El Todopoderoso Señor,
revelado en el Sagrado Escrito.
Oh Redentor, las gotas de tu Preciosa Sangre,
dieron Vida al Universo.
El digno discípulo ha de postrarse,
con el corazón contrito, ante tu Trono Excelso.
Paz de Cristo
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