Oh Cristo, de tu Gloria derramada,
subyace el perdón.
Asiros al poder de la Palabra,
que es de infalible bendición.
Oh Señor Jesucristo, retumba en el Universo,
tu frase postrera: Consumado es.
Guardados en tu reposo,
de la sana doctrina, seremos firmes columnas e inexpugnables baluartes.
La asechanza del maligno,
Oh Señor, no turbará nuestra alma.
Tú viniste a deshacer las tinieblas del impío;
para dar libertad al que ama.
Oh Cristo Jesús, tu Preciosa Sangre derramada,
ofrenda de Salvación, es para la Humanidad.
De Gracia nos fue dada,
para ganar la Eternidad.
Si tu corazón,
late contrito y humillado en el Nombre de Jesús.
Verás el perdón,
en la inmarcesible misericordia de su Luz.
Paz de Cristo
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