Inmolado Cordero de pureza,
que enmudecida su boca, dejo hablar al corazón.
Y por muerte de cruz, justificó nuestra vileza,
para darnos Vida Eterna en su Santa Redención.
El beso de Judas,
consuma la execrable traición,
en la que Cristo, se somete a las tinieblas,
para darnos Luz con su Glorioso Perdón.
Ante la humillación,
no existe el reconocimiento;
sí, extralimitación del escarnio, oh Jesús, en tu Crucifixión.
Gloria a tu Nombre, por ser al tercer día el Señor Resucitado, adorado en el Eterno Firmamento.
Guarda en tu corazón,
la Vida, que nace del Señor;
porque quebrantado y con contrición,
se hace visible el amor.
Desnuda tu alma,
y pide perdón a Jesucristo;
para llevar, con gozo, la cruz del que más nos ama,
y ser sanados por su Santo Espíritu.
Paz de Cristo
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