Oh Cristo, tu Palabra proclama sabiduría
al ser oida.
Oye a Dios, cada día,
para que te hable de Él tu alma bendecida.
Oh Señor Jesús, disipas toda tiniebla
al ver la Luz de tu Rostro.
Sólo en Santidad habla,
el que ha conocido al Todopoderoso.
Oh Señor Jesucristo, tu voz Santa es oida
por tus ovejas.
La perdida,
al Pastor desoye; porque desconoce sus promesas.
Desorientado estoy, oh Señor,
ante la asechanza del maligno.
Guárdame en tu amor,
para ser el discípulo digno.
Oh Rey de reyes, la Iglesia amada
es tu singular tesoro.
Y su bienaventuranza, será probada
con el fuego de Gloria, que manifiesta la Verdad del oro.
Oh Señor de señores, de tu linaje,
fuimos en el misterio Eterno los escogidos.
Nada hay más excelente,
que ser tus Santos hijos.
Oh Salvador, virtud refulgente
es la sana doctrina.
La Sagrada Escritura, te ha hecho eminente;
para que tu alma sea de Eterna Vida.
Paz de Cristo
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