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domingo, 31 de marzo de 2019

SALMO 118:20 EN CRISTO

La piedra que desecharon los edificadores ha venido a ser cabeza del ángulo.
A los suyos vino, y los suyos no le recibieron.
La abominable destrucción del ser humano,
revirtió en la única verdad que más tarde percibieron.

El universo del Creador;
su obra maestra, el hombre, lo quiso desolar. 
Y el Hijo del Hombre, redimió con su crucifixión el obscuro desamor, 
y justifico a todos los pecadores, con el sagrado poder de amar.

¿Destruyeron el invencible templo? 
El Santo Espíritu que desecharon los edificadores, 
en tres días lo reconstruyó.
En su resurrección se hizo manifiesto, 
que el Rey de reyes puso su vida y luego la tomó.

La omnipresencia del Todopoderoso Jesucristo,
transforma hasta el más yermo desierto con el viento de Sión. 
Y del lugar santísimo, 
es de donde mana la vida: propágandose una onda Cristocéntrica, que surca la eternidad con el inmarcesible pálpito de su glorioso corazón.

Oh Cristo Jesús, tu nombre es el único nombre dado a los hombres, por el que se puede ser salvo.
Se digno y honra al Cordero inmolado, tu Creador.
Con su preciosa sangre derramada en la cruz del Calvario, hizo de la actual era de la gracia el nuevo pacto;
porque ante una muerte segura, nos fue revelada la salvación por tu Sagrada Palabra, oh Señor.
                               Paz de Cristo 




ERES EL ÚNICO DIOS, OH CRISTO

Toma conciencia del punto de inflexión,
en el que te concierne Jesucristo.
Haz de carne tu corazón,
y cólmalo del Santo Espíritu.

Las señales que derrama el cielo,
han de hipersensibilizar el alma.
El galardón de gran precio,
lo recibirás del Omnipotente Salvador; porque te ama.

Oh Cristo Jesús, sigues usando tu poder, 
para librarnos de la perniciosa cautividad.
Si buscas con decisión el rostro del Rey de reyes, tu disposición será creer,
en sus mandamientos de eternidad.

Oh Sumo Hacedor, es un insulto a la inteligencia humana,
la perversión del inconverso.
Guárdanos en tu Palabra,
para desdeñar toda arrogancia, al contemplar los prodigios del universo.

Oh Fiel y Verdadero, a tu pueblo escogiste, para ser libertado.
Doblegar su idiosincrasia rebelde,
es la senda de corrección, oh Señor, que asumió en el simbólico bautismo del Mar Rojo; y el milagro de su paso por seco, le hizo bienaventurado.

Oh Rey de la gloria, derrama sobre nuestro altar,
la hermosa candidez de un niño.
Es la perfecta inocencia al amar,
que nos une con genuina pureza al Dios Altísimo.
                             Paz de Cristo 




sábado, 30 de marzo de 2019

DALE VALOR A TU VIDA, Y MUERE EN CRISTO

Determínate en Cristo,
y da tu vida por Él. 
La cruz del Calvario, fue su despiadado patíbulo;
y su sacrificio, derramó la preciosa sangre de la gracia en el que cree.

No demos más reputación, 
a las necias vestiduras. 
Usemos nuestra vida en pos de la salvación;
y aceptemos la muerte, oh Señor Omnipotente, con tus lacerantes heridas inciso contusas.

Oh Señor Jesucristo, Tú asumiste la muerte, a sabiendas de ser crucificado,
para expiar los pecados de toda la humanidad.
Y a nosotros por tu causa, oh Señor, la muerte indistintamente nos habrá abordado,
para ser dignos de tu eternidad.

A tu muerte, si ha lugar, se le asignara el grandísimo valor,
de ofrendarla en Cristo Jesús.
Y se pondrá el acento en evaluar tu amor;
porque el Rey de la gloria, solo acogerá pureza en su admirable luz.

La dirección de las innumerables ondas del mar,
por el Rey de reyes, son definidas en cada momento con exactitud.
Si tú en una larga vida de privilegios, pudieras equilibrar la balanza de lo que en un segundo Él te pudo amar,
podrías abrir su gloria en plenitud.
                      Paz de Cristo 









SANTIAGO 1:5 EN CRISTO

Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada.
Tu verdadera libertad, básala siempre en el profundo conocimiento de la Palabra.
El principio de la sobrenatural sapiencia, 
es el temor de Jehová, a lo largo de nuestra vida irreprensible y sin mancha.

Si leemos con solemnidad el Testamento Sagrado,
descubriremos en cada pasaje la revelación del pensamiento eterno.
Y es que, oh Rey de reyes, de lo alto has derramado,
la provisión sublime del don perfecto.

Que nada me perturbe tu visión perfecta,
Oh Cristo Jesús,
He de restaurar mi inocencia,
hasta que sobreabunde, oh Señor, el candor refulgente de tu admirable luz.

Porque la paz del alma,
no se manifiesta en la adulación pública. 
Su naturaleza fértil te es retribuida, al dar lo que hemos recibido de gracia,
y revertir en el Rey de reyes, su gloria de majestuosidad única.

Si en nuestra existencia no interiorizamos la Palabra, 
será imposible llegar a la estatura del varón perfecto.
Se valiente y ama,
para darle todo el reconocimiento al Señor Jesucristo; porque Él nos amó primero.
                                Paz de Cristo 


















viernes, 29 de marzo de 2019

MATEO 7:6 EN CRISTO

No deis lo santo a los perros, ni echéis vuestras perlas delante de los cerdos, no sea que las pisoteen, y se vuelvan y os despedacen.
La crucifixión de Cristo, es la condenación a muerte más alevosa de los incrédulos.
Ante el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo, no se compadecen,
y son abyectos criminales sin escrúpulos.

La fe espontánea, no se cuestiona;
porque te ha sido dada por Dios.
Pero, oh Señor, cuando no proviene de tu excelsa diestra;
sino que la mala fe es inherente al obscuro corazón, se traduce por doquier en un sinfín de demonios ocultos.

Oh Señor Jesucristo, al imperio de la muerte que sostuvo satanás, 
lo venciste con tu muerte, y muerte de cruz en el Calvario.
¿El ser humano cuándo se va a desatar del pecado, hasta decirle nunca jamás;
para profesarte, oh Rey de la gloria, amor eterno en tu sagrado santuario?

Oh Señor Omnipotente, eres el Soberano Hacedor del universo, 
y todas las cosas por ti fueron creadas.
Y porque Tú tienes la llave del Hades y del infierno;
haz con tu omnisciencia, a todas la almas celestiales y bienaventuradas.

Oh Padre Todopoderoso, Tú, que en el Hijo del Hombre fuiste hecho carne, 
ten de nosotros gran piedad.
Y actuérdate que de polvo nos hiciste,
para ver tu santísimo rostro y adorarte en la eternidad.
                           Paz de Cristo 




















jueves, 28 de marzo de 2019

MATEO 18:20 EN CRISTO

Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.
Nuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo.
Hemos de poner todos nuestros desvelos,
en la continua gracia que se derrama desde lo alto.

Dios es Espíritu. 
Y a traves de Él se transforma y revierte toda malignidad en bondad.
Tu muerte la convertirá en vida; si has creído en el Señor Jesucristo,
y hará cumplir en cada uno de sus discípulos la perfecta promesa de eternidad.

Tu eres el mayor prodigio del universo creado;
sin embargo el que no tiene fe, le ha dado a su propia vida el carácter de intrascendente.
Tu presencia, oh Señor, se derrama donde está tu pueblo congregado;
y el milagro, en la pureza del que cree se hace real, por la unción del Omnipotente.

Cíñete al principio bíblico,
y no des lugar a la necia interpretación.
La Sagrada Escritura, habla de un Dios único.
Y solo te pide que le adores en espíritu y en verdad con todo tu corazón. 

La Palabra, penetra hasta partir el alma y el espíritu,
y has de invocarla con un eterno propósito.
Siempre que la pronuncies, hazlo con la gran certidumbre de que obra en el nombre de Altísimo; 
y que lo que has pedido, ya ha sido hecho.
                            Paz de Cristo 















miércoles, 27 de marzo de 2019

FILIPENSES 1:6 EN CRISTO

Estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo.
En el tiempo de un abrir y cerrar de ojos será su arrebatamiento.
Y a través de la verdad del Santo Espíritu,
se precisará la conjunción de la amada Iglesia y el firmamento.

Oh Cristo Jesús, desde antes de la fundación del mundo, 
habías escogido para su consagración a la ataviada con el blanco lino de pureza, tu Iglesia bienaventurada.
Conformándola también lo más vil y nauseabundo;
porque su perfecto sometimiento a la Palabra, fue por el Altísimo aprobada.

Qué no haya límites, 
en vuestra predicación del Evangelio. 
De la tierra, todos sus seres,
han sido en su nacimiento alumbrados para salvación por el Eterno.

Completa el camino,
que te lleva a la gloria eterna.
Nadie te hará desistir, del poder de la gracia, para ver el rostro de Cristo;
que es de las buenas nuevas, la santísima meta.

Ama al Rey de reyes y Señor de señores,
y subirá a tu corazón la esencia de la verdad.
De agua viva, los ríos se convertirán en mares, 
en tu radiante alma de eternidad.
                            Paz de Cristo 













martes, 26 de marzo de 2019

JEREMÍAS 2:21 EN CRISTO

Te planté de vid escogida, simiente verdadera toda ella; ¿cómo, pues, te me has vuelto sarmiento de vid extraña?
Oh Jehová, a la humanidad creaste, para que se postrara a tus pies en solemne adoración.
Oh Cristo, la altivez, no permite al ser humano menguar en su arrogancia;
pero al oír tu nombre, que es sobre todo nombre se doblará toda rodilla, de los que están en los cielos, en la tierra y debajo de la tierra, para suplicarte el perdón.

Tu fidelidad eterna, oh Cristo Jesús, 
conmueve al corazón contrito y humillado. 
Las tinieblas, nunca prevalecerán sobre la luz;
y de gracia, el discípulo que su vida a Dios 
consagra, recibirá el galardón de bienaventurado.

Las doctrinas fundamentales de arrepentimiento y bautismo,
me han hecho hijo de Jesucristo.
Y es que me ha desbordado tu concepto del amor, oh Rey de la gloria, en lo más íntimo,
al serme revelado que eres la verdad, el camino y la vida del Santo Espíritu.

Oh Fiel y Verdadero, abunda en mi perplejidad,
saber que hay un sarmiento extraño en la vid verdadera.
Si tu amada Iglesia anhela ser arrebatada a la eternidad;
el Señor de la viña, al pámpano que no del sazonado fruto, lo echará de su reino fuera.

Oh Cordero inmolado, Tú convertiste el agua en vino;
porque eres la vid eterna. 
Y la simiente verdadera dio crecimiento a un hijo, el que se perdió en las trincheras del maligno;
y al ser del sarmiento extraño el fruto a la final sazón, sin tiempo invocó el perdón del Padre eterno; y en los últimos segundos, resplandeció su salvación en tu presencia. 
                             Paz de Cristo 



ISAÍAS 29:13 EN CRISTO

Dice, pues, el Señor: Porque este pueblo se acerca a mí con su boca, y con sus labios me honra, pero su corazón está lejos de mí, y su temor de mí no es más que un mandamiento de hombres que les ha sido enseñado.
El precepto bíblico de esfuérzate y se valiente, el pueblo no lo estimó en su vanidad.
La meditación persistente en la Palabra, pasó a un segundo plano,
y esa inercia se convirtió en humana futilidad.

Doblegar a la ignorancia, oh Cristo Jesús,
es la obra más ardua.
De las tinieblas a la luz, oh Señor, es la transformación del sobrenatural prodigio al que tiene acceso el alma.

Porque la apariencia de benignidad en el hombre, oh Señor Jesucristo,
es diametralmente opuesta a su sórdido interior.
Solo la llenura del Santo Espíritu,  
manifiesta sin variación la verdad del amor.

El temor de Jehová, 
lo ha desvirtuado la insolencia del mundo profano.
Y con un infame mandamiento se matará;
aboliendo el Evangelio, que descendió del eterno santuario.

Las santas manos del Alfarero,
han concebido tu vida. 
Tú sabes que eres efímero. 
Y será bella tu existencia; si por Dios ha sido medida.
                         Paz de Cristo 







lunes, 25 de marzo de 2019

TU REDENCIÓN SANTA, EXPIÓ MI PECADO, OH CRISTO

La soledad, oh Cristo,
fue la única compañera en tu ignominiosa crucifixión.
La hiriente mofa y el vituperio, laceraron tu cuerpo, alma y espíritu;
pero por tu fiel obediencia a la Palabra, nos redimiste y justificaste para ser de salvación.

Oh Cordero inmolado, tu preciosa sangre derramada en la cruz del Calvario, 
nos dio pureza de vida eterna.
Y el glorioso santuario,
por gracia, oh Señor Omnipotente, se abrió a las almas de santa certeza. 

A todo ser humano, oh Cristo Jesús, 
lo destituiste de la gloria.
Un sinfín de execrables pecados, fueron descubiertos por tu omnisciente luz. 
Y te tuviste que despojar, oh Señor, de la Divinidad del Padre eterno y convertirte en el Hijo del Hombre carnal, para resucitarnos en victoria.

Oh Señor Jesucristo, tu sobrenatural libertad,
está asida al don de la fe.
En la Sagrada Escritura, oh Todopoderoso, manifiestas el conocimiento de la verdad.
Y el incoverso para creerte, necesita ver señales, que solo el hijo de Dios ve.

Para ser digno discípulo del Rey de reyes,
has de predicar el Evangelio, hasta lo ultimo de la tierra.
Si no te niegas a ti mismo ante el Altísimo, en lo postreros días vendrá el crujir de dientes;
y será condenado el pétreo corazón, que de sus pecados no se arrepienta.
                            Paz de Cristo 













ROMANOS 12:9 EN CRISTO

El amor sea sin fingimiento. Aborreced lo malo, seguid lo bueno.
Jesús, dijo: Amaos unos a otros; como yo os he amado.
Esta es la pureza del amor fraterno,
que ofrenda el corazón santificado.

Como el radiante mediodía,
ha de ser el alma del circunciso.
La transparencia será nuestras segura confidencia,
para diferenciar, oh Señor, la verdad de lo impreciso.

Heraldo de la eternidad es el amor,
y en Cristo Jesús, fue su perfecta encarnación.
De tu sacrificio en la cruz del Calvario, oh Redentor, 
nos habla la gracia del perdón.

Oh Fiel y Verdadero, para siempre es tu misericordia;
porque sabes que somos polvo.
Sin embargo, nos pruebas en cilicio y ceniza,
para verificar si con paso firme peregrinamos hacia el cielo eterno.

Oh Rey de la gloria, el amor, todo lo cree, espera, sufre y soporta;
y así es asumido por la abnegación del santo discípulo.
Nada le apartará de la celestial victoria;
porque es un digno seguidor del Señor Jesucristo.
                        Paz de Cristo 





MATEO 10:30 EN CRISTO

Pues aun vuestros cabellos están todos contados.
Oh Cristo, Tú eres el guardador del alma.
Nos sentimos cada segundo concernidos
en el Rey de reyes, que a su creación ama.

A nuestra prodigiosa vida, oh Cristo Jesús,
la has bendecido en el epicentro del universo.
Todas las estrellas nos alumbran con su luz;
por ser el hombre creado, la obra maestra del Dios eterno.

Con tu aliento a la humanidad diste vida, oh Omnipotente Señor;
y fue creada, con espíritu, alma y cuerpo.
A través de tu excelso amor,
diseñaste un ser de linaje Cristocéntrico.

Oh Señor de señores, desde el santuario celestial,
has derramado tu unción sobre toda carne.
Pero el innombrable, al fluctuante corazón lo gobierna con lo banal,
y a su iniquidad obedece.

La condición indispensable para ser salvo, oh Cordero inmolado,
es revestirse de lino blanco sin arruga y sin mancha.
Y será bienaventurado,
el que guarde absoluta obediencia a tu Sagrada Palabra.
                           Paz de Cristo 










domingo, 24 de marzo de 2019

EDIFICAD LA CASA EN CRISTO

Qué tus fuerzas reposen en Cristo,
cuando edifiques la casa.
Solo por su Espíritu,
será de indivisible soldadura el ungüento de argamasa.

Oh Cristo Jesús, Tú eres el Todopoderoso Arquitecto,
que afirmas una construccion de máxima seguridad.
Y en su profundo cimiento,
permanece invariada la indubitable verdad.

Oh Señor Jesucristo, el tabernáculo fue erigido, 
por la perfecta santidad. 
Y de oro puro revestido,
siempre reflejó el resplandor de la insondable eternidad.

Oh Fiel y Verdadero, de tu gracia proviene nuestra santa vida;
pero las almas solo descubrieron el sobredimensionado umbral.
La obscena mirada, 
hizo desdén de lo celestial.

Oh Cordero inmolado, la abominable visión de la cruz en tu último sacrificio, 
se hizo universalmente manifiesta.
Haz una ventana con una abertura exterior de un ínfimo orificio,
y delimitarás el consagrado santuario para vida eterna.
                    Paz de Cristo 

sábado, 23 de marzo de 2019

PROVERBIOS 4:1 EN CRISTO

Oid, hijos, la enseñanza de un padre, y estad atentos, para que conozcáis cordura.
No haced oposición a su experiencia.
Proyectad en la Palabra vuestra andadura,
y en vuestro devenir habrá excelencia.

Honrad sobre todas las cosas al Señor Jesús, que es el Padre eterno.  
Él es la admirable luz,
que creó el universo.

Oh Cristo, al que amas disciplinas,  
y en el fuego le pruebas como al oro.
Y del oprobio, por el cual te contaminas, 
en la pureza del alma no habrá más deshonra, ni desdoro.

Oh Señor Jesucristo, en el misterio de la piedad, 
tu manifestación en carne, nos abrió las puertas de la gloria.
Oh Padre celestial, dejaste tu trono, corona y cetro en la eternidad;
y nos has hecho galardonadores, de tu muerte, sepultura y resurrección en victoria.

El gran Yo soy, desde el paraíso de la eterna verdad,
nos reveló su nombre. 
Porque el Padre en la eternidad y el Hijo en la humanidad, 
es Jesús, el único Dios y Salvador del hombre.
                   Paz de Cristo 













SALMO 115 EN CRISTO

Oh Jehová, celoso eres de tu gloria,
y no permitirás que nadie la mancille.
Su umbral hollará, oh Señor, el alma salva,
y morará en ella eternamente.

Oh Todopoderoso Señor, cielos y tierra has creado,
para que te rindan adoración.
Por tu sagrada diestra todo ha sido probado,
y nada inmundo será de salvación.

Oh Señor Jesús, la idolatría de los perversos,
son esculturas hechas por humanos. 
De ignominia van vestidas, con unos mantos muy ostentosos;
pero ningun soplo de Dios, les dio vida; y no hablan, ni oyen, ni ven, ni palpan, ni huelen, ni andan, ni con su garganta al Rey de reyes elevan salmos.

Oh Cristo Jesús, tu omnipotencia, omnisciencia y omnipresencia,
la desconocen los idólatras.
Porque si sobre ellos se derramara tu presencia,
te adorarían en espíritu y en verdad, oh Rey de la gloria, y a tus pies estarían postrados con alabanzas. 

Tu bendición, oh Redentor,
no hace acepción de personas.
La condición indispensable es que tu ofrenda de amor,
la uses para la salvación de las almas.
                    Paz de Cristo 



BONDAD Y MALDAD, MANIFESTADAS EN UNO MISMO, OH CRISTO

Atravesamos desiertos de amarga  desventura,
oh Cristo.
Aún siendo en el Señor, nueva criatura,
habrás de velar y orar con inquebrantable persistencia, para no contristar al Santo Espíritu.

La asechanza del maligno,
se mimetiza en la naturaleza de cualquier vicisitud.
El pecado nunca estará en el cristiano altruismo;
sino en la indiferencia, ante la verdadera luz.

Por acción u omisión,
tus hechos los juzgará el Sumo Hacedor.
Si el don perfecto se perpetúa en el corazón, 
siempre seremos ceñidos con la máxima provisión de amor.

Oh Señor Jesucristo, tenemos la absoluta certeza,
de que a toda oveja perdida irás a buscar.
Tú, oh Rey de reyes, te despojaste de la majestuosidad regia,
para que toda alma en su desorientación, a través de tu Palabra, te pueda al fin amar.

Oh Cordero inmolado, con el inmenso dolor, 
padecido por los hirientes clavos que te asieron al martirio de tu crucifixión,
la preciosa sangre derramada en el Calvario, nos ha dado vida de gloria.
Y a los que creemos en la Unicidad de tu redención,
de gracia recibiremos la celestial victoria.
                     Paz de Cristo 










viernes, 22 de marzo de 2019

JOEL 3:10 EN CRISTO

Oh Cristo, instruidos en tu sabiduría,
se transforma nuestra actitud.
La espada es la Palabra, que ha de ser tu guía;
y el Santo Espíritu, te gobernará en plenitud.

Cristo, dijo: Mi poder se perfecciona en la debilidad.
Y en su nombre, fuerte soy.
Los que buscamos la eternidad,
éramos lo vil del mundo.
Y postrados a tus pies, oh Señor, te adoramos hoy.

Oh Señor Jesucristo, Tú eres el Alfarero,
que del barro nos diste vida.
Guárdanos hasta el día postrero,
para que la eterna gloria nos dé acogida.

Oh Redentor, y derramarás tu Espíritu sobre toda carne,
para dar vida a mi pétreo corazón.
Me afirmaré sobre lo que tu santo Evangelio instruye,
que es poder de salvación.

Oh Salvador, las almas que vivían en la obscuridad,
vieron en la instantaneidad de un rayo tu luz abmirable.
Y al conocer la verdad,
te amó su ser, oh Señor de señores, hasta convertirse en irreprobable.

La impaciente espera a las respuestas, no obra en tus fuerzas, 
provienen del Todopoderoso Señor.
Da las gracias con tus rodillas genuflexas,
y gloríate en el Rey de reyes; porque siempre  te sostuvo, en su majestuoso amor. 
                     Paz de Cristo 

jueves, 21 de marzo de 2019

LA OBEDIENCIA A CRISTO, SEPULTA AL ANTICRISTO

El conocimiento de la Palabra,
en la obediencia se define.
Y el que su profundidad escudriña,
lo guarda el Omnipotente.

Los dardos del maligno,
buscan refugio en el corazón.
Y contaminado por su perverso maleficio,  
serás de perdición.

Oh Cordero inmolado, ofrendaste tu vida en la cruz, 
para salvación de muchos. 
Perseverar hasta el fin en tu luz,
nos preservará de los abismos nauseabundos.

Determínate,
no des más mérito al anticristo. 
Reviste a tu alma de un blindaje, 
que multiplique el majestuoso resplandor del Santo Espíritu.

Velad y orad,
para derrotar en su insidia al anticristo.
No hay fuego fatuo que extinga la verdad;
y al fin hará converso, oh Cristo, al errático incircunciso.

Para sepultar al anticristo,
el bautismo en el nombre de Jesús tiene poder. 
Pero en la gracia del Dios vivo,
los que quieran ser salvos han de creer.
                            Paz de Cristo 
         







miércoles, 20 de marzo de 2019

DESCUBRE LA VIDA EN CRISTO

Las enraizadas maldiciones ancestrales,
se rinden ante el nombre de Jesús. 
Y llegan a servir como los angeles,
ejecutando la Palabra, con irreprensible virtud.

Equilibra el desmedido impulso,
que se desencadena en la perversión del alma. 
Oh Cristo, despierta en mí lo glorioso,
que ha descubierto el que ama.

Pon remedio a los prejuicios, oh Señor, sin control,
que se precipitan a juzgar, como principio.
Haciendo caso omiso del Seol,
que es el espejo del decrépito pensamiento mismo.

El sorpresivo encuentro con el Señor Jesucristo,
es en un immenso resplandor.
Y de su poder infinito,
surge el inagotable manantial de amor.

El conocimiento de la verdad,
te liberta del obscurantismo.
Descubrir la obediencia de eternidad,
te ceñirá el galardón de ver al Dios Altísimo.
                 Paz de Cristo 



martes, 19 de marzo de 2019

TÚ ERES LA PUERTA DE SALVACIÓN, OH CRISTO

Oh Cristo, nadie puede cerrar tu puerta,
que es la Palabra de salvación.
Sobre las tinieblas prevalecerá su gloria eterna;
y de lo guardado, guardará tu corazón.

Los que dicen mentira,
niegan al Señor Jesucristo.
Y sumidos en la ira,
contristan al Santo Espíritu.

Oh Cristo Jesús, el que persevera con paciencia,
en tu Nombre convierte almas. 
Oh Señor, derrama tu dádiva de excelencia;
y en tu venida, como ladrón en la noche, al cielo serán arrebatadas.

Oh Sumo Hacedor, eres la única autoridad, 
sobre el universo por ti creado.
Y abres y cierras indistintamente la eternidad,
al que quiera ser por tu Sagrada Escritura santificado.

Oh Fiel y Verdadero, 
el que tenga oídos, oiga, lo que el Espíritu dice a las iglesias. 
Para ser salvas el día postrero,
de óleo santo han de rebosar sus vasijas sagradas.

Oh Salvador, probarás a los vencedores,
con la corona de santidad.
Y de la nueva Jerusalén, seremos moradores,
para vivir con el alto y sublime que habita la eternidad.
                            Paz de Cristo 
     



lunes, 18 de marzo de 2019

CORONADAS EN TU NOMBRE, OH CRISTO

Custodiada por la majestuosidad del Espíritu,
el santuario eterno tiene reservada vuestra corona de honra.
Y de gracia en el nombre de Cristo, 
os ha sido concedida en esta hora. 

En adoración a tus pies postradas, oh Cristo Jesús,
han permanecido tus fieles siervas.
Son hijas de la luz,
que, oh Señor, protegiste con tus favores y misericordias.

Oh Rey de reyes, manifiesta es su gran belleza, 
en el brillo vivificante.
De sus hendiduras en la tez, oh Señor de señores, tienes santa certeza;
porque con tu excelsa diestra las cincelaste. 

Sus oraciones elevadas al cielo, 
se transformaron en incienso de santidad. 
Oh Rey de la gloria, Tú has anotado en el libro de la vida su inmarchitable desvelo, 
y las diseñaste una hermosa morada de eternidad.

Los estigmas de su vida,
se han convertido, oh Redentor, en indoloras cicatrices por ti ungidas.
Vuestra alma salva, de pureza ha sido revestida;
y, oh Salvador, con la corona de honra serán para siempre bendecidas.
                          Paz de Cristo 











LA IGLESIA, CUERPO DE CRISTO

En la edificación del cuerpo de Cristo,
se necesita una argamasa santa.
Con una genuina soldadura en el Espíritu, 
para que, oh Señor, llegue a tu perfecta estatura: consagrado y sin mancha.

La Iglesia amada del Señor, 
no se erige con nomenclaturas.
Pesas de los corazones el amor;
porque, oh Rey de reyes, tu sagrada balanza da autenticidad a las nuevas criaturas.

En el día de Pentecostés, anunciado por el Señor Jesucristo,
fue fundada la Iglesia de los santos. 
Con el bautismo de lenguas de fuego, la selló el Santo Espíritu,
para dar testimonio del Evangelio, a los que habían de ser salvos.

Los primeros seguidores de Cristo Jesús,
nunca desfallecieron en el denodado testimonio de la Palabra Sagrada.
El cielo derramaba su prodigiosa plenitud,
para convertir el alma inicua en bienaventurada.

Iglesia del Señor, 
sembrad siempre la verdad en el nombre de Jesús. 
Y anunciad al Salvador,
hasta lo último de la tierra, para transformar las tinieblas en su admirable luz.
                              Paz de Cristo 









domingo, 17 de marzo de 2019

SALMO 121:1,2 EN CRISTO

Clamé a la eternidad, oh Cristo, 
y no hubo distancia en tu respuesta.
En un de repente se elevó en el Espíritu, 
y a mi plegaria le respondió el tercer cielo de tu promesa.

Oh Cristo Jesús, tu columna de fuego, 
se hizo visible en el desierto del alma. 
Y me dio la luz del conocimiento,
que es la revelación de tu Palabra.

Oh Señor Jesucristo, no es con mis fuerzas, 
sino con tu Santo Espíritu.
En el diseño de tu creación lo manifiestas:
de la obscuridad formaste las estrellas, con indeleble brillo.

Oh Alfa y Omega, en el misterio de la piedad,
se arraiga nuestro socorro.
Y en los días de tu carne se derramó el poder de la verdad,
que nos protegió, oh Señor, en la fortaleza de tu gozo.

Oh Fiel y Verdadero, la fe permanece en el fruto del Espíritu,
para que nuestro corazón no desfallezca. 
Busca en la infalible Palalabra tu propósito, 
y no tendrás más temor; si guardas tu poderoso amor, en su obediencia.
                         Paz de Cristo 








LA UNICIDAD, REVELADA EN CRISTO

Jesús, dijo: Yo y el Padre uno somos.
En este versículo, Dios nos revela la Unicidad.
Es la revelación del Nombre, oh Señor Jesús, en el Espíritu; Él es el único Salvador, de todos los seres humanos:
el Padre en la Divinidad, y el Hijo del Hombre en la humanidad.

Oh Omnipotente Jesús, Tú eres la imagen del Dios invisible;
y en ti vimos lo que otros no vieron, y oímos lo que otros no oyeron.
De un solo Señor, es el poder inconmovible;
y con el primer gran mandamiento, los verdaderos discípulos de tu Iglesia amada, en un único Dios se santificaron.

Oh Señor Jesucristo, los que te adoran en espíritu y en verdad, 
solo ofrendan adoración al único Rey de la eterna gloria.
Y en santidad veremos el rostro del Señor por la eternidad, 
siendo galardonadores de la victoria.

Cristo Jesús, dijo: El que me ha visto a mí, ha visto al Padre.
La naturaleza por Él creada, obedece con prontitud a su sobrenatural poder.
Clama al cielo; y el Rey de reyes, concederá todo lo que pidiere al que no dudare;
porque en el Invisible te has sostenido, para siempre creer.

Oh Redentor, eres el Dios único, que en la cruz del Calvario, redimió y justificó a los pecadores, 
para que fueran de salvación.
Oh Todopoderoso Señor Jesucristo, en tu presencia somos más que vencedores;
al creer en el primogénito de los muertos, y ser con Él las primicias de las almas salvas en su Espíritu de resurrección.
                      Paz de Cristo 



sábado, 16 de marzo de 2019

ROMANOS 8:3 EN CRISTO

Porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne.
¿Y todavía delibera el ser humano, aceptar a Cristo, como su Señor y Salvador?
Usó el maligno tu espíritu, corazón y mente, 
para desdeñar el verdadero amor.

Fe tuviste en el hombre, oh Cristo Jesús,
al libertarlo de las tinieblas. 
Y custodiarle, oh Señor, con el mediodía de tu radiante luz, 
que es la sobrenatural vía de las almas bellas.

En la crucifixión y muerte del Señor Jesucristo,
a partir de la hora sexta, rodearon la tierra espesas tinieblas. 
Y en la hora novena proclamó con voz grave al cielo: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?
Con la frase: Consumado es; expiró el Hijo del Hombre. Y se oyeron gemidos de dolor, al partirse las rocas en sus endechas.

Y habiendo entregado el espíritu,
se rasgo de arriba abajo el velo del templo. 
Y expedito quedó el lugar santísimo,
para postrarnos con libertad a los pies del Omnipotente Señor del universo.

Oh Todopoderoso Salvador, en tu expiración la tierra tembló, 
y muchos cuerpos de santos dormidos, resucitaron de sus sepulcros.
Oh Jesús, la victoria de tu muerte a las almas salvas arrebató,
y al firmamento se elevaron incorruptibles con los cuerpos glorificados.
                         Paz de Cristo 




viernes, 15 de marzo de 2019

SÉ DIGNO EN CRISTO

Toma tu cruz,
he intenta asumir hasta el Calvario, el despiadado martirio de Cristo.
Brilló en la crucifixión su eterna luz,
que da gracia al que es digno de seguir la verdad del Santo Espíritu.

Oh Cristo Jesús, el escarnio y vituperio del execrable maligno,
se tornó impenetrable en la fe de tu justicia.
Tú, oh Señor, fuiste el último sacrificio, 
para ajusticiar al imperio de la muerte, con tu muerte; y ofrendar vida de gloria, al que, oh Señor Jesús, en tu nombre resucita.

Oh Señor Jesucristo, el ser humano es tu obra maestra;
y por el precio de tu preciosa sangre derramada en el Calvario, compraste su redención.
Por el bautismo de un arrepentido, en los cielos se hace fiesta;
porque la pétrea mentira, la sepultó el contrito y humillado corazón.

Oh Fiel y Verdadero, a través de la fe,
hemos creído en tu sagrada llaga,
Porque el que sin ver, cree; 
verá tu gloria, su alma bienaventurada.

Oh Cordero inmolado, se te exaltó hasta lo sumo,
por haber reconciliado al mundo con el Padre.
Y has convertido la vileza del inmundo, 
Oh Señor Jesucristo, en sangre de tu santo linaje.
                                Paz de Cristo