Oh Señor Jesús , en tu Nombre sepulté los pecados del inicuo pasado,
para ser una nueva criatura en Cristo; y a tan preciado título, precede un genuino arrepentimiento y la inmersión en las aguas del bautismo.
El propósito de ser bienaventurado,
lo propicia la verdad del Santo Espíritu.
Pedid sabiduría a Cristo Jesús,
y ceñido será vuestro corazón con el principio de santidad.
Y descubriréis una senda de plenitud,
alumbrados por la refulgente lámpara de eternidad.
Oh Fiel y Verdadero, estamos revestidos de puro candor,
con las incensadas oraciones que cubren la alborada.
Y nos hemos asido, oh Rey de la gloria, a tu perfecto amor,
que es manifiesto en los áureos versículos de la Palabra Sagrada.
Oh Señor Jesucristo, seremos dignos de la gloria,
cuando tengamos un encuentro con tu sacrificio de redención, en el que te humillaste hasta la muerte, y muerte de cruz.
No existe mayor victoria,
que haber vencido a la obscuridad, para ser hijos preeminentes de la luz.
Oh Jesús Todopoderoso, en tu Nombre habrá lugar a lo espirituales anhelos;
pero no es como tú dispongas, sino como la santa voluntad del Rey de reyes ha dispuesto.
Y si tu nombre vieres escrito en los cielos,
¡regocíjate! porque vas a ver el rostro del Amén Eterno.
Paz de Cristo
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