Porque éstos son falsos apóstoles, obreros fraudulentos, que se disfrazan como apóstoles de Cristo. Y no es maravilla, porque el mismo satanás se disfraza como ángel de luz. Así que, no es extraño si también sus ministros se disfrazan como ministros de justicia; cuyo final será conforme a sus obras.
¡Es irrefutable: el ser humano hace apología de la mentira desde el principio de los tiempos!
El hombre intenta burlar al Sumo Creador con sus máscaras;
mas siempre incurre en el mayor de los fracaso, con sus sordidos intentos.
En tiempo pretérito,
todos usábamos con vileza multitud de máscaras.
Oh Señor Jesucristo, ten piedad del que ahora es tu discípulo perfecto,
para que no vuelva a caer en las tinieblas satánicas.
Si alguien ataca sin compasión a tu Iglesia amada, oh Cristo Jesús,
es el diablo.
Y se convierte en ángel de luz;
para subyugar aun de los escogidos, al más incauto.
La Biblia dice: Porque no tenemos lucha contra carne y sangre, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes. Estad, pues firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la coraza de justicia, y calzados los pies con el apresto del Evangelio de la paz. Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno. Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espiritu, que es la Palabra de Dios; orando en todo tiempo con toda oración y suplica por todos los santos.
Porque en el nombre de Jesús está nuestra esperanza bienaventurada.
Y es que, no hay otro nombre dado a los hombres en el que puedan ser salvos;
y este es el Cordero inmolado del que recibimos gracia para el perdón de pecados, según la infalible Escritura Sagrada.
Oh Altísimo Jesucristo, Tú escogiste desde antes de la fundación del mundo a los habían de ser salvos.
Y a tu Iglesia, sin arruga y sin mancha, arrebatarás a la final trompeta; y los muertos en Cristo resucitarán primero.
También los que vivamos, seremos arrebatados con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y participar así de su eterna gloria.
Nunca me apartaré del Evangelio, y cumpliré con fidelidad, oh Rey de reyes, tus versículos sagrados,
para ser testigo, oh Fiel y Verdadero, de tu eterno pensamiento, hasta la final victoria.
Paz de Cristo
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