El nuevo pacto, oh Cristo Jesús, de tu sangre derramada en el sacrificio del Calvario,
nos libertó hasta del más execrable pecado con su gracia.
El misterio de la piedad, oh Señor, ha dado revelación a la humanidad de tu eterno santuario.
Y por tu majestuosa redención y justificación nos absolviste de toda iniquidad, anulando las actas inculpatorias del maligno, que en la cruz fueron clavadas, para desclavarlas de nuestra conciencia entenebrecida y errática.
La Biblia dice: Mas Él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre Él, y por su llaga fuimos nosotros curados.
Oh Cordero inmolado, en tu muerte, y muerte de cruz,
reconciliaste al mundo con el Padre eterno.
Nos ceñiste con tu gloria, para ser santificados.
Y nuestros nombres estarán escritos en el cielo.
La incredulidad subyuga al ser humano,
y no le permite tener un encuentro con el Todopoderoso Redentor.
Su sobrenatural poder de lo alto puso en nuestra irreverente mano,
y nos asió con su perfecto amor.
Jesús, dijo: El que es fiel en lo muy poco, también en lo más es fiel; y el que en lo muy poco es injusto, también en lo más es injusto. Pues si en las riquezas injustas no fuistéis fieles, ¿quién os confiará lo verdadero? Y si en lo ajeno no fuistéis fieles, ¿quién os dará lo que es vuestro? Ningún siervo puede servir a dos señores; porque o aborrecerá a uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas.
Oh Rey de reyes, tu sabiduría no se puede subvertir.
Oh Señor de señores, o estoy contigo o contra ti en mis ofrendas.
Aunque para el hijo del Altísimo, la verdadera ganancia en su nombre que es sobre todo nombre, ha de ser por Él morir.
Oh Señor Jesucristo, en la salvación no harás acepcion de personas;
y todos nos someteremos a tu juicio eterno.
Has de saber, que al que no creyere, oh Rey de la gloria,Tú condenas.
Y al que en tu Palabra creyó, será eternamente salvo.
Paz de Cristo
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