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sábado, 9 de noviembre de 2019

ECLESIASTÉS 7:9 EN CRISTO

No te apresures en tu espíritu a enojarte; porque el enojo reposa en el seno de los necios.
Busca como enmendar la contienda con sabiduría.
Y que sea tu clamor un estruendo en los cielos,
para ser oído por el Rey de la gloria, en el que tu alma se gloría.

Al que la pide, oh Cristo, 
Tú le das sabiduría en abundancia.
Y así  resplandecerá en ti la verdad del Santo Espíritu, 
para ser guardado en su sagrada substancia.

La disputa se fragua,
en la impotencia del inicuo.
Su pétreo corazón no puede advertir que del maligno es toda naturaleza perversa,
que aviva el infernal fuego; y solo es extinto, por el que cree en el Señor Jesucristo.

El profundo abismo que separa la verdad de la mentira,
únicamente lo puede librar el ser humano, con el ineludible cumplimiento del Evangelio.
Tú, oh Rey de reyes, dejaste a las 99 del rebaño, y te fuiste a por la oveja perdida.
¿Será qué tu ejemplo, oh Señor,  sistemáticamente se incumple; porque al hombre le es imposible llegar a la estatura del varón perfecto?

Jesús, dijo: Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan.
Y también: Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado al fuego. Así que, por sus frutos los conoceréis.
Has de saber, que la salvación es individual, y para las almas que hasta el fin perseveran.
Es decir: qué hasta que el Señor de señores os lleve a su presencia, en la sana doctrina con desvelo perseveraréis.
                         Paz de Cristo 
                     













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