Jesús les dijo: ¿Cuántos panes tenéis? Y ellos dijeron: Siete y unos pocos pececillos. Y mandó a la multitud que se recostase en tierra. Y tomando los siete panes y los peces, dio gracias, los partió y dio a sus discípulos, y los discípulos a la multitud. Y comieron todos, y se saciaron; y recogieron lo que sobró de los pedazos, siete canastas llenas.
De tu misterio eterno, oh Señor, vienen los milagros.
Y el que cree en ti, sabe que viniste a anunciar las buenas nuevas,
para que todos los seres humanos fueran salvos.
Oh Cristo Jesús, al que invoca tu nombre, todo le es posible.
Porque de su gracia lo imposible ha de recibir sin incertidumbre,
para dar lugar al milagro del Invisible.
Oh Señor Jesucristo,
para el hombre es inexplicable tu poder.
Pero al derramarse el Santo Espíritu,
se hace visible su gloria; si has podido creer.
Oh Fiel y Verdadero,
el mundo insolente hace desden de tu gloria.
Y vierte innumerables desmentidos, oh Redentor, del día postrero,
en el que recompensarás al que en tu salvación a creido, con la final victoria.
Oh Omnipotente Creador,
tu excelsa diestra da origen a todo milagro sobrenatural.
Oh Señor Jesús, Tú eres nuestro único Salvador.
Y tu Iglesia amada vivirá por la eternidad en la nueva Jerusalén celestial.
Paz de Cristo
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