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miércoles, 20 de noviembre de 2019

SANTIAGO 1:8 EN CRISTO

El hombre de doble ánimo es inconstante en todos sus caminos.
La hipocresía, en su devenir, hace acto de presencia de forma inopinada.
Estad firmes los hijos de Dios, 
para que vuestra vida en Cristo no se vea mancillada.

El que creó los cielos y la tierra,
nos dio vida y vida en abundancia en la cruz del Calvario. 
Si los clavos que le traspasaron, pedían perdón al Rey de la gloria cuando agonizaba;
¡cuán abyecta es nuestra insolencia, para redoblar las ofensas al que es el Omnipotente Redentor del eterno santuario!

La Biblia dice: Hernanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna.
Y también, como esta escrito: Por causa de ti somos muertos todo el tiempo; somos contados como ovejas de matadero. Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo porvenir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.
Oh Rey de reyes, no hay monte que tu excelsa diestra no allana;
si postrado a tus pies, quebrantado te adora tu siervo con desvelo.

Jesús, dijo: Mi poder se perfecciona en la debilidad.
Y es en ese momento, cuando toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto.
Porque donde esta el Espíritu del Señor hay libertad.
Y has creido de todo tu corazón, que el Todopoderoso de Israel es Santo.

La amada Iglesia habrá de comparecer ante el tribunal de Cristo,
para dar cuenta de todas sus obras.
Y es que al pronunciar el nombre de Jesús se doblará toda rodilla de los que están en los cielos, en la tierra y debajo de la tierra; para que siempre en su presencia esté nuestro espíritu.
Y éste es el gran Yo Soy, al que proclamas alabanzas y por encima de todo adoras.
                                  Paz de Cristo 

                           







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