Jesús, dijo: No juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados.
Y también: Pero a vosotros los que oís, os digo: Amad a vuestros enemigos, haced bien a los que os aborrecen; bendecid a los que os maldicen, y orad por los que os calumnian. Al que te hiera en una mejilla, preséntale también la otra; y al que te quite la capa, ni aun la túnica le niegues. A cualquiera que te pida, dale; y al que tome lo que es tuyo, no pidas que te lo devuelva.
Buscad la paz en Cristo, para ser siervos dignos y bienaventurados,
donde su gracia resplandezca.
Enséñanos a caminar, oh Cristo Jesús,
por la senda angosta.
Y a percibir por fe, que podemos suplir toda obscuridad, como hijos de luz;
y dar vida a el alma apóstata.
¿Habrá algo imposible para el Omnipotente Redentor?
Tú, oh Fiel y Verdadero, eres el autor de la vida.
Y nos la has revestido del perfecto amor,
que la preserva inmarcesible y bendecida.
Si posees la llenura del Santo Espíritu,
te será manifiesta en todo tiempo la verdad.
E invocarás el nombre del Señor Jesucristo,
y te regocijarás en la magnificencia de su piedad.
No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos.
Tenemos una gran deuda con el Señor Todopoderoso.
Porque, oh Sumo Salvador, en tu santísimo nombre seremos tus hijos arrebatados,
para entrar en tu eterno reposo.
Paz de Cristo
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