Vi volar por en medio del cielo a otro angel, que tenía el Evangelio eterno para predicarlo a los moradores de la tierra, a toda nación, tribu, lengua y pueblo, diciendo a gran voz: Temed a Dios, y dadle gloria, porque la hora de su juicio ha llegado; y adorad a aquel que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas.
El latente pecado se ha hecho endémico en la humanidad.
Y hemos desoído a Dios, con arrogantes ínfulas,
siendo indiferentes a su majestuosidad.
Sin embargo, audible va a ser la Palabra hasta lo último de la tierra;
y es que, para la omnipresencia del Santo de Israel, nada le es obstaculo.
Porque en el corazón del hombre, hará una doble incisión su espada;
que diseccionará todo pecado.
Oh Señor Jesucristo, Tú has abierto puertas que nadie puede cerrar;
y es que, inexpugnable es el Evangelio de la gracia.
Oh Rey de la gloria, testigo somos tus siervos de tu celestial altar,
del cual hacemos exaltación con solemne alabanza.
Servid con sublime adoración al Fiel y Verdadero,
porque los cielos de los cielos no le pueden contener.
Y si anhelas la salvación del día postrero,
en Él únicamente has de creer.
Jesús, dijo: Nadie es acepto en su tierra.
Sin embargo, en toda su creación Él que es el Omnipotente Salvador, no hace acepción de personas.
Predicad al mundo impío, que solo en su excelsa diestra
cabe el arrepentimiento, que da el eterno perdón a las almas santas.
Paz de Cristo
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