La gloria postrera de esta casa será mayor que la primera, ha dicho Jehová de los ejércitos; y daré paz en este lugar, dice Jehová de los ejércitos.
El Todopoderoso hacía alusión a la gloria venidera.
Este es, oh Señor, de todos tus anuncios proféticos,
el postrero santuario del alma y la esperanza verdadera.
La Biblia dice: El Dios que hizo el mundo y todas las cosas que en él hay, siendo el Señor del cielo y de la tierra, no habita en templos hechos por manos humanas, ni es honrado por manos de hombres, como si necesitase de algo; pues Él es quien da a todos vida y aliento y todas las cosas.
¿Habrá algo imposible para ti, oh Sumo Hacedor?
Sublime es la creación de tus moradas eternas,
que desde la eternidad nos manifiestan tu perfecto amor.
Tal es la dificultad de entender tus caminos y tus pensamientos, oh Rey de la gloria,
que a nuestra comprensión le resulta imposible.
Sabemos, que a nuestra alma la coronarás en victoria,
si sigue con inexorable fe al Invisible.
La paz que nos da el Señor Jesucristo,
es el eterno resplandor de su templo universal.
Y por ser nuestro cuerpo, templo del Santo Espíritu,
habremos de desplegar una gran necedad, para no hollar la gloria celestial.
Oh Omnipotente Creador,
nos has provisto de excelsos mimbres para ser salvos.
Pero has de revestirnos, oh Cristo Jesús, de tu sagrado amor;
porque excede de todo el conocimiento que poseen los seres humanos.
Paz de Cristo
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