Temed a Jehová, vosotros sus santos, pues nada falta a los que le temen.
La contienda desagrada al Todopoderoso, y ha abierto heridas de difícil cicatrización.
Sí, tu paz es diametralmente opuesta al desdén;
busca con fe el rostro del Señor Jesucristo, y ama con todo tu corazón.
La Biblia dice: El temor de Jehová es el principio de la sabiduría. Y el conocimiento del Santísimo es la inteligencia.
No persigas más subterfugios.
Consagra al Rey de reyes tu existencia,
para que en sus bíblicos versículos veas santos refugios.
Oh Santo de Israel, danos revelación de tu Palabra,
y habremos descubierto el radiante conocimiento de la verdad.
No percibe el poder de ser libre, sino el que ama;
porque es hacedor de las buenas nuevas de eternidad.
Jesús, dijo: Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros. En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos por los otros.
Oh Omnipotente Redentor, tu sacrificio ignominioso en la cruz del Calvario, fue de facto el majestuoso perdón para toda la humanidad.
Y venciste al imperio de la muerte, con tu muerte, para ser del pecado redimidos;
porque, oh Soberano Señor, Tú eres la sublime santidad.
De toda cosa guardada, guarda tu corazón en Cristo Jesús,
y estarás en la senda de gloria.
Porque sin el resplandor de su admirable luz,
no seremos coronados con la celestial victoria.
Paz de Cristo
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