No te apresures en tu espíritu a enojarte; porque el enojo reposa en el seno de los necios.
En la impotencia, que es la antítesis de la sabiduría, se da siempre pie a la contienda.
Resistid al diablo; no ser coléricos.
Y en el Rey de reyes tendréis la gloriosa recompensa.
Jesús, dijo: Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga.
Haz tuya su Palabra de inconmensurable poder.
Y no te someterás al maligno en su miserable asechanza;
si en el Todopoderoso te afirmas, para no caer.
Oh Omnipotente Redentor, has librado de toda conducta fatua,
al que con celo obedece la Sagrada Escritura.
En el bautismo sepultaste nuestra naturaleza vana;
para ser en tu nombre, oh Cristo Jesús, una nueva criatura.
Guardando tus mandamientos, oh Altísimo Señor,
estamos completos y gozosos en tu presencia.
Y es que, oh Señor Jesús, Tú nos has revestido de eterno amor,
por ser hijos de tu magnificencia.
Preserva tu salvación,
desde este preciso y precioso momento.
Y ríndete a los pies del Rey de la creación,
que te ha rescatado de la obscuridad, para darte vida eterna sin merecimiento.
Paz de Cristo
No hay comentarios:
Publicar un comentario