Pero la sabiduría que es de lo alto es primeramente pura, después pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía.
Del santuario eterno vendrá su provisión al que la pidiera.
Oh Señor Jesucristo, Tú das gracia al que en ti se gloría;
porque ha entendido, que el poder sobrenatural está en tu magnificente diestra.
Oh Sumo Hacedor, nada existe fuera de tu majestuosa voluntad.
Tú, oh Sumo Alfarero, has moldeado nuestro espíritu, alma y cuerpo.
Porque no hay otra verdad,
sino la que bajó del cielo.
Oh Altísimo Señor, vivifiva nuestro corazón,
con toda buena dádiva y todo don perfecto que desciende de lo alto.
Oh Cristo Jesús, precisamos cada segundo de tu manantial de bendición;
porque es el agua que da pureza, al que en tu nombre anhela ser santo.
La Biblia dice: Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado; al corazón contrito y humillado no despreciarás Tú, oh Dios.
Y también: Nunca se aparten de ti la misericordia y la verdad; átalas a tu cuello, escríbelas en la tabla de tu corazón; y hallarás gracia y buena opinión ante los ojos de Dios y de los hombres.
Y es que, la espalda al Rey de reyes y Señor de señores, solo la dan los necios;
porque nunca tuvieron conocimiento, de que gloriosos son sus sagrados mimbres.
Morir al mundo es el salvoconducto de la sabiduria celestial, oh Omnipotente Salvador.
Jesús, dijo: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame. Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, la hallará.
Apartaos de toda hipocresía; y como el refulgente sol del mediodía resplandecerá el vínculo perfecto del amor,
con el que tu santísima misericordia, oh Señor, de lino fino nos vestirá.
Paz de Cristo
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