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domingo, 5 de abril de 2020

SALMO 53:1 EN CRISTO

Dice el necio en su corazón: No hay Dios. Se han corrompido, e hicieron abominable maldad; no hay quien haga el bien.
La concupiscente naturaleza del ser humano le sume en la iniquidad.
Sin embargo, en su conciencia la vida y la muerte dirimen,
caminar o no por la senda de la verdad.

La prueba cumple el propósito eterno;
y hace posible la frase bíblica: Muchos serán los llamados, y pocos los escogidos.
Aun los demonios se nos sujetan en tu nombre, oh Señor Jesucristo.
Y Jesús les dijo: No os regocijéis de que los espíritus se os sujetan, sino regocijaos de que vuestros nombres están escritos en los cielos.

La Biblia dice: La oración del justo puede mucho.
Si has purificado tu altar, tus oraciones serán incensadas por la gracia del Altísimo. 
Y edificarás sobre la roca el propósito de la Palabra, que nunca vuelve vacía al siervo que la interpuso,
sino que tiene el sobrenatural refrendo del lugar santísimo.

A los tibios no les es propicio el poder del Santo Espíritu, 
por cuanto no creen en el Alfa y la Omega.
La oración ha de tener solemne transparencia en Cristo, 
para que su petición de gracia revierta.

La salvación es activada por la fe en el Rey de la gloria,
Creer en su nombre que es sobre todo nombre, es la indispensable condición. 
Y no hollaremos el umbral de la final victoria,
si no adoramos al Fiel y Verdadero de todo nuestro corazón.
                         Paz de Cristo 













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