Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá? Yo Jehová, que escudriño la mente, que pruebo el corazón, para dar a cada uno según su camino, según el fruto de sus obras.
Siendo invariablemente la Sagrada Palabra, oh Cristo, la que discierne los pensamientos y las intenciónes del corazón.
Y es que, por la veleidad del ser humano son pergeñadas todas las tinieblas,
de la fatua sinrazón.
Los inseguros pasos del necio;
no indican, sino un desconocimiento del plan de salvación del Sumo Hacedor.
En su contumacia, todo obra en precario,
al persistir en el errático camino del desamor.
Jesús, dijo: No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan. Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón.
Y también: El espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado, son espiritu y son vida.
Ayuda a tu estatura a que suba un palmo en el genuino perdón,
y habrás elevado tu espíritu con sobrenaturales alas de salvación eterna.
La Biblia dice: Porque Jehová es excelso, y atiende al humilde, mas al altivo mira de lejos.
El pensamiento de creerse imprescindible, denota la soberbia del infatuado.
Qué tu mirada sea de gran transparencia en tus hechos,
par dar los frutos del bienaventurado.
Y en otro pasaje bíblico dice: Porque Él conoce nuestra condición; se acuerda de que somos polvo.
El engreimiento del hombre, es inequívocamente sustentado por su vanidad.
Oh Omnipotente Salvador, dame de la sabiduría de lo alto, para reconocer que estoy inmerso en el cenagoso lodo.
Y, oh Fiel y Verdadero, volveré en sí por la revelación de tu Palabra, y mi alma recibirá de gracia la eternidad.
Paz de Cristo
No hay comentarios:
Publicar un comentario