Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto?
Toda potestad sobre la vida y sobre la muerte, la tiene Cristo.
El Alfa y la Omega, dijo: Yo soy el primero y el ultimo; y el que vivo, y estuve muerto.
Y es que, Él puso la vida y la volvió a tomar; porque el poder de la resurrección obró en su Santo Espíritu.
El Fiel y Verdadero, dijo: Si destruyereis este templo, en tres días lo levantaré.
Nadie entendió que la muerte no podía retenerle.
Y después de resucitado, oh Rey de reyes, a tus discípulos, la falta de fe,
por ser incrédulos les recriminaste.
Oh Santo de Israel, las buenas nuevas de salvación eterna, predicadas en tu ministerio público;
de los que oian, requería una grandiosa comprensión tan sobrenatural misterio.
Y tuvieron que palpar el santuario de tu llaga, oh Altísimo Señor, y verte subir al cielo,
para creer en tu glorioso Evangelio.
Porque si crees en el Señor Jesucristo,
serás salvo;
pero el que no cree, ya ha sido condenado.
Y es que para ver su rostro santo,
has de estar en su nombre consagrado.
La Biblia dice: Cosas que ojo no vio, ni oido oyo, ni han subido en corazón de hombre, son las que el Señor ha preparado para los que le aman.
Para buscar lo eterno has de guardarte en santidad.
Y escogidos de la gloria serán,
oh Omnipotente Salvador, los que se hayan vestido con tu verdad.
Paz de Cristo
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