- Oh mi Cristo,
- precioso es el tiempo sin tiempo, en el que permanece la abnegación de tus genuinos siervos.
- Y ésta gran virtud no es vuestra, sino de la gracia recibida del Santo Espíritu;
- ya que, vuestros nombres están escritos en los cielos.
- Oh Rey de reyes y Señor de señores,
- ninguna de nuestras quejas te pasa inadvertida.
- Y hay tal grandiosidad, oh Rey de la gloría, en tus misericordias y favores;
- que lo que el ser humano considera insignificante, es la excelencia de una dádiva inmerecida.
- Oh Santo de Israel,
- Tú eres el autor de la vida.
- Y es que, tus discípulos, oh Señor, vemos por fe;
- y no por vista.
- Oh Sumo Redentor,
- si tuviéramos sabiduría de lo alto, asumiriamos como nuestras, las laceraciones a las que te sometieron en la cruz del Calvario.
- Y tu perdón que sobrepasa todo entendimiento, oh Sumo Salvador,
- nos ha abierto la puerta del eterno santuario.
- Jesús, dijo: Si alguno quiere venir en pos de mí, nieguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame.
- Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, la hallará.
- Oh Cristo Jesús, de los pobres de espíritu compadécete;
- y tu excelsa diestra sus almas salvará.
- Paz de Cristo
miércoles, 28 de julio de 2021
ABNEGACIÓN ILIMITADA EN CRISTO
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