MI RENDICIÓN SIEMPRE SERÁ A TUS PIES, OH CRISTO

•  Oh mi Cristo, 
• en tu diestra has cincelado los nombres de tus verdaderos siervos. 
• Y son denodados predicadores del Sagrado Escrito, 
• al haberles revelado tu nombre, oh Señor, por ser discípulos aprobados.
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• Oh Alto y Sublime, 
• tu excelsa gracia desciende de lo alto, cuando postrados a tus gloriosos pies, nuestro espíritu se quebranta.
• Has de saber, que la invocación del nombre que es sobre todo nombre, resuelve hasta lo imposible,
•  cuando tu corazón contrito y humillado a Cristo Jesús clama.
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• Tu Cristocéntrica misión será consumada;
• si has dado lo mejor al Todopoderoso Señor y Salvador Jesucristo, sirviéndole con adoración. 
• Y no habrá jamás fingimiento en tu alma;
• porque en el rostro del Altísimo verás la salvación.
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• A la asechanza del maligno, resistirás sin dobleces,  
• en el nombre de Jesús. 
• Y recibirás sus grandiosas bendiciones, 
• por estar revestido de su admirable luz.
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• Que la coraza de justicia,
• te blinde con el Espíritu del Soberano Salvador. 
• Y es que, en su sobrenatural presencia,
• vive eternamente el amor.
•                      Paz de Cristo