CONFIAD HASTA EL EXTREMO EN CRISTO

• Jesús les dijo: ¿Por qué teméis hombres de poca fe? Entonces, levantándose, reprendió a los vientos y al mar; y se hizo grande bonanza.
• Y los hombres se maravillaron, diciendo: ¿Qué hombre es éste, que aun los vientos y el mar le obedecen?
• Oh Rey de la gloria, nuestro precario entendimiento, nunca podrá asumir la magnificencia de tu Sagrada Palabra;
• porque sus prodigios, en la eternidad tienen su origen. 
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• La Biblia dice: Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. 
• Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus veredas.
• Los bautizados en Cristo,  revestidos están de su gloriosa presencia;
• porque en su nombre recibirán las bíblicas promesas.
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• La Biblia enseña: Bendito el varón que confía en Jehová, y cuya confianza es Jehová. 
• Porque será como el árbol plantado junto a las aguas, que junto a la corriente echará sus raíces, y no verá cuando viene el calor, sino que su hoja estará verde; y en el año de sequía no se fatigará, ni dejará de dar fruto. 
• Oh Rey de reyes, en tu propósito nuestra alma se refugiará;
• porque en los sagrados mimbres del Evangelio, siempre se sostuvo. 
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• La Biblia constata: Por tanto, teniendo un gran sumo sacerdote que traspasó los cielos, Jesús el Hijo de Dios, retengamos nuestra profesión. 
• Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro. 
• Oh Altísimo Señor Jesucristo, tus verdaderos siervos te profesamos absoluta fe a la sazón;
• y es que, damos por hecho que nuestro clamor se oye en la inmensidad del cielo.
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• Jesús, asevera: Si me amáis, guardad mis mandamientos. 
• Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros. 
• Oh Santo de Israel, Tú eres el Fundamento; 
• y el único Dios, al que con quebrantamiento de espíritu, adoramos sus genuinos siervos. 
•                Paz de Cristo