- Oh Cordero inmolado,
- de tu santísima inocencia somos testigos.
- Y solo abrirás, oh Señor, la puerta de la gloria al bienaventurado;
- porque con celos eternos, salvaguardas tus sagrados designios.
- Jesús, dijo: Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.
- Y es que, al que Dios le ha dado entendimiento, sabe que únicamente le sustentan, oh Cristo Redentor, tus sagrados mimbres.
- Oh Cristo Jesús, Tú eres el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo de tus genuinos siervos;
- porque los discípulos que creen en tu nombre, hasta la muerte te seguirán siendo sumamente fieles.
- Jesús, enseña: De cierto os digo, que si no os volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos.
- Así que, cualquiera que se humille como este niño, ése es el mayor en el reino de los cielos.
- Oh Altísimo Señor y Salvador Jesucristo, de todo nuestro corazón en ti creemos;
- porque en tu excelsa diestra, tienes nuestros nombres cincelados.
- Oh Santo de Israel,
- Tú eres el autor de la vida.
- Y en tu gloriosa senda de ilimitada fe,
- te profesamos, oh Rey de reyes, adoración sin medida.
- Oh Fiel y Verdadero,
- anhelamos fervientemente tu arrebatamiento.
- Y es que, la amada Iglesia te aguarda con desespero;
- para ver tu eterna faz, oh Rey del firmamento.
- Paz de Cristo
viernes, 23 de julio de 2021
LA INOCENCIA VENCE A LA MALDAD EN CRISTO
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