- Oh mi Cristo,
- no era un día cualquiera, cuando mis rodillas hicieron una precisa y preciosa genuflexión.
- Y fue en aquel lugar, donde recibí la gloriosa señal del Santo Espíritu,
- que hizo rendirse de gozo a mi contrito y humillado corazón.
- Y es que, del cielo desciende el mensaje Cristocéntrico,
- que da radiante luz a la penumbra de tu alma, al recibir al Todopoderoso Señor y Salvador Jesucristo.
- Y se doblan las rodillas, del que hasta entonces era escéptico,
- para profesar adoración a los pies del Altísimo.
- Jesús, dijo: Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí.
- Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer.
- Oh Alfa y Omega, Tú eres el primero y el último, el principio y el fin.
- Nuestra eterna provisión viene de tu Sagrada Palabra, y únicamente en ella hemos de creer.
- La Biblia dice: Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad.
- Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor.
- Oh Cristo Redentor, solo en la revelación de tu nombre, hemos encontrado la santísima verdad;
- y de él proviene el viento de Sion, que nos ciñe con las blancas vestiduras del amor.
- La Biblia enseña: Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.
- Por lo cual Dios también lo exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.
- Oh Sumo Alfarero, en tu rueda, a los vasos de honra les concerniste de eterna luz,
- para que por la unción del Espíritu, la profética Palabra sea invocada, al que sumido en las tinieblas, no conoce la gracia, oh Señor, de tu bendita y majestuosa sangre.
- Paz de Cristo
sábado, 17 de julio de 2021
Y AQUEL DÍA ME RENDÍ A TU SEÑAL DE GLORIA, OH CRISTO
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