¿EN QUÉ TIEMPO TE HONRAREMOS DE CORAZÓN, OH CRISTO?

• Jesús, enseña: Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías, cuando dijo: Este pueblo de labios me honra; mas su corazón está lejos de mí. 
• Pues en vano me honran, enseñando como doctrinas, mandamientos de hombres.
• Oh mi Cristo, ¿habrá algún ser humano qué no sea duro de cerviz?
• Porque Tú lo que buscas, oh Señor, son verdaderos adoradores. 
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• La Biblia dice: Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros.
• Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros. Pecadores, limpiad las manos; y vosotros los de doble ánimo, purificad vuestros corazones. 
• Sí, porque la salvación del alma; no permite que hagáis tesoros en la tierra, sino en los cielos.
• Y que vuestra vida sea santa, para que el cielo la colme de bendiciones.
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• Oh Cristo Redentor, 
• Inmerecidamente diste tu vida en la cruz del Calvario, por toda la humanidad.
• Pero aún, por nuestra séptica necedad, no hemos recibido la sabiduría de lo alto de  incomparable valor.
• E impasibles están tus viles escarnecedores, de que derramaras tu preciosa sangre, sellando el nuevo pacto de la gracia, que nos reconcilió con el Padre en la eternidad. 
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• La Biblia enseña: No ha hecho con nosotros conforme a nuestras iniquidades, ni nos ha pagado conforme a nuestros pecados. 
• Porque como la altura de los cielos sobre la tierra, engrandeció su misericordia sobre los que le temen. 
• Oh Rey de reyes, el umbral de la gloria, lo traspasarán únicamente los bienaventurados;
• porque guardados en tu nombre permanecen.
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• La Biblia asevera: El hombre, como la hierba son sus días; florece como la flor del campo, que pasó el viento por ella y pereció, y su lugar no la conocerá más. 
• Mas la misericordia de Jehová es desde la eternidad y hasta la eternidad sobre los que le temen, y su justicia sobre los hijos de los hijos; sobre los que guardan su pacto, y los que se acuerdan de sus mandamientos para ponerlos por obra. 
• Oh Santo de Israel, por la grandiosidad de tu fe a la humanidad amas; pero nuestros corazones pesarás,
• con la perfecta justicia de tu balanza sagrada.
•                    Paz de Cristo