- Oh mí Cristo,
- lo que Tú abres, nadie cierra; y lo que Tú cierras, nadie abre.
- Oh Santo Espíritu,
- con tu sobrenatural presencia haces que en la era de la gracia el mundo no tenga sed ni hambre.
- La Biblia dice: Alzaré mis ojos a los montes; ¿De dónde vendrá mi socorro?
- Mi socorro viene de Jehová, que hizo los cielos y la tierra.
- No dará tu pie al resbaladero, ni se dormirá el que te guarda.
- He aquí, no se adormecerá ni dormirá el que guarda a Israel.
- Jehová es tu guardador; Jehová es tu sombra a tu mano derecha.
- El sol no te fatigará de día, ni la luna de noche.
- Jehová te guardará de todo mal; Él guardará tu alma.
- Jehová guardará tu salida y tu entrada desde ahora y para siempre.
- Oh mi Cristo,
- tu excelsa diestra es mi inexpugnable fortaleza;
- porque por ella mi alma está amparada,
- por fe y para fe.
- Mi espíritu no sufrirá la aflicción del que profiere endecha.
- Y para que se regocije,
- oh Señor, el que te ama,
- la gloria en su vida será perenne.
- Oh Cristo Redentor,
- tu sublime obra la consumaste en la cruz del Calvario.
- Porque la excelsa e inconmensurable manifestación de amor,
- oh gran Dios, nos fue revelada en carne desde el eterno santuario.
- Oh Cristo Altísimo,
- de tu majestuosa luz, somos genuinos hijos.
- Y es en el Lugar Santísimo,
- donde el quebrantamiento de espíritu nos hace del paraíso dignos.
- Oh Alfa y Omega,
- no sería tal nuestro gozo,
- sin tu celestial presencia,
- que es la morada del eterno reposo.
- Paz de Cristo
miércoles, 22 de febrero de 2023
A NADIE QUE TE QUIERA HONRAR, DAS EL ESPÍRITU POR MEDIDA, OH CRISTO
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