- ¡Cómo oscureció el Señor en su furor a la hija de Sion! Derribó del cielo a la tierra la hermosura de Israel, y no se acordó del estrado de sus pies en el día de su furor.
- Destruyó el Señor, y no perdonó; destruyó en su furor todas las tiendas de Jacob; echó por tierra las fortalezas de la hija de Judá, humilló al reino y a sus príncipes.
- Oh mi Cristo, por tu piadoso y excelso amor,
- redimiste a los más sépticos, corruptos e infames.
- La Biblia dice: Cortó con el ardor de su ira todo el poderío de Israel; retiró de él su diestra frente al enemigo, y se encendió en Jacob como llama de fuego me ha devorado alrededor.
- Entesó su arco como enemigo, afirmó su mano derecha como adversario, y destruyó cuanto era hermoso. En la tienda de la hija de Sion derramó como fuego su enojo.
- Oh Cristo Redentor,
- tu muerte, sepultura y resurrección, transformaron los trapos de inmundicia, en siervos que guardaron en el cielo su espiritual tesoro.
- La Biblia enseña: El Señor llegó a ser como enemigo, destruyó a Israel; destruyó todos sus palacios, derribó sus fortalezas, y multiplicó en la hija de Judá la tristeza y el lamento.
- Quitó su tienda como enramada de huerto; destruyó el lugar en donde se congregaban; Jehová ha hecho olvidar las fiestas solemnes y los días de reposo en Sion, y en él ardor de su ira ha desechado al rey y al sacerdote.
- Oh Hijo del Hombre, tres días transcurrieron para reconstruir tu propio templo;
- y de gracia, el disoluto mundo, pudiera en el día postrero salvarse.
- La Bibia constata: Desechó el Señor su altar, menospreciando su santuario; ha entregado en manos del enemigo los muros de sus palacios; hicieron resonar su voz en la casa de Jehová como en día de fiesta.
- Jehová determinó destruir el muro de la hija de Sion; extendió el cordel, no retrajo su mano de la destrucción; hizo, pues, que se lamentara el antemuro y el muro; fueron desolados juntamente.
- Oh Santo, tu excelsa diestra,
- retuvo el enojo desde oriente hasta occidente.
- La Biblia incide: Sus puertas fueron echadas por tierra, destruyó y quebrantó sus cerrojos; su rey y sus príncipes están entre las naciones donde no hay ley; sus profetas tampoco hallaron visión de Jehová.
- Se sentaron en tierra, callaron los ancianos de la hija de Sion; echaron polvo sobre sus cabezas, se ciñerón de cilicio; las vírgenes de Jerusalén bajaron sus cabezas a tierra.
- Oh Altísimo Señor Jesucristo, de tu linaje parte nuestra sobrenatural heredad,
- para ser reconocidos en la gloria eterna.
- Paz de Cristo
viernes, 10 de febrero de 2023
LAMENTACIONES 2:1,2 EN CRISTO
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