LA OBEDIENCIA APAREJA SABIDURÍA EN CRISTO

• La Biblia dice: Porque misericordia quiero, y no sacrificio, y conocimiento de Dios más que holocaustos.
• Mas ellos, cual Adán, traspasaron el pacto; allí prevaricaron contra mí. 
• Oh mi Cristo, el ser humano, no tiene la grandiosa voluntad de atar todos los cabos sueltos, 
• para poner a su iniquidad fin.
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• Oh Hijo del Hombre, 
• la perversa humanidad, proyecta la peregrina impresión de que estás en deuda con ella.
• Y no saben, sumidos en su obscurantismo, que es el endurecido e inmisericorde corazón de la humanidad, el que adolece de adoración a tu santo nombre, 
• para su salvación plena.
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• Oh Cordero inmolado, 
• Tú eres omnisciente, y conoces la ancestral rebeldía de los que profesan el paganismo.
• Y es que, oh Señor, de tu muerte, y muerte de cruz, han hecho un mutis despiadado;
• sin saber que les espera la segunda muerte, que es el eterno abismo.
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• Oh Santo de Israel, 
• de tu muerte, sepultura y resurrección, testificamos hasta lo último de la tierra tus auténticos siervos. 
• Y no por otro don, sino por el don de la fe,
• exhortamos en tu memoria, oh Rey de reyes, que Tú ascendiste a los gloriosos cielos. 
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• Oh Alfa y Omega, 
• Tú eres el pan de vida que bajó del cielo. 
• Y sustentados por el conocimiento de la Palabra Sagrada, 
• anhelamos morar contigo en la excelsa gloria, oh Eterno.
•                     Paz de Cristo